Gonzalo Carbone es un vecino de Lincoln (Buenos Aires), y hace algunas semanas, vivió una situación totalmente desagradable y hasta podría decirse que retrograda mientras paseaba con sus hijos. Gonzalo es padre, y tiene una nena y un nene de 2 años. En plena cuarentena, con los nenes hartados de encierrro decidió sacarlos a dar un paseo. Para ello, su nena agarró un cochecito con una muñeca, y su hijo más chiquito, también decidió hacer lo mismo y llevar su propio carrito con un muñeco. La sorpresa de Gonzalo fue cuando, al cruzarse con un vecino, este le dijo “Te va a salir maricón el nene”.
El relato del padre en primera persona da cuenta de lo que vivió en ese momento: «Situación extraña la de hoy. Salgo a caminar con mis hijos por el barrio para tranquilizar a las fieras, (realidad que mas de un padre me debe entender), mi hija llevaba su bebe con su carrito y mi hijo (2 años) llevaba otro igual, y me cruzo con un vecino, al cual no lo había visto nunca, y me dice: «te va a salir maricón el nene».
Gonzalo continuó el relato, hecho público en su muro de Facebook diciendo: «Querido vecino quiero comentarle que pasear un bebe no es de maricón, yo lo he hecho con mis dos hijos con mucha felicidad y orgullo, los he paseado, bañado, alimentado, le he cambiado los pañales y hasta me he dejado maquillar y disfrazar para que mi hija tenga una sonrisa en su cara. Le recomiendo lo haga. Y si mi hijo me sale «maricón» ojala encuentre un hombre que lo haga feliz porque en definitiva lo que todo padre debería añorar para sus hijos es que sea feliz y no, con quien lo hace», afirmó el papá y agregó: «La homofóbia, al igual que el racismo, la discriminación, el odio y muchos otros sentimientos son inentendibles. Trate de dejar el machismo de lado, querido vecino, el mundo, gracias a Dios, cambio y evolucionó, y pensamientos como el suyo nos hace retroceder. Ya no se trata de que los nenes juegan al fútbol, a la bolita, a la lucha, a los autos, y las nenas a cocinar, planchar, lavar y cuidar a los nenes. Cada uno juega a lo que tiene ganas. Mi hijo se embarra, tira piedra, juega a los autos, a que es superman y también pasea a los nenes de su hermana. En mi casa yo lavo, plancho, cocino ( no muy bien, debo reconocerle), y lo hago porque soy un hombre, que colabora con su esposa, y ella hace lo mismo porque es una mujer que colabora con su marido. No se trata de roles, sino ser una familia que se ayuda mutuamente», sentenció Gonzalo, para concluir: «Usted es el fiel reflejo de una sociedad que se quedo en el tiempo. Me disculpo con usted porque mi reacción no fue muy buena cuando lo escuché y agradezco que estaba en un buen día. Pero mi accionar no fue porque insinuó que mi hijo podía ser maricón, sino porque no entiendo que un hombre todavía piense que no puede salir a divertirse y caminar con su familia. Pasear un bebe no es ser maricón, es jugar a ser algún día un padre que disfruta de sus hijos. Ojala lea el mensaje, me responda y pueda entenderlo»,
Palabra de psicólogos
Según informes realizados por psicólogos especializados en niñez, la sexualidad de un niño no se forja a partir del juguete con el que juega, al contrario, la amplitud en los materiales a la hora de los juegos promueve sus capacidades de imaginar y jugar con libertad. “Los juguetes no dejaron de ser de nena o varón, en una juguetería lo primero que te preguntan cuando pedís un juguete es si es para nena o varón; y si comprás un libro la consulta es si querés moño rosa o celeste. El nene que sólo juega con autos o la nena que únicamente juega con muñecas, se pierde de la posibilidad de elegir e investigar, de imaginar y jugar con libertad», afirman los especialistas.
«Se los limita en la creatividad, se los reprime. El juego es natural, no impuesto. Los niños saben jugar sin que nadie les enseñe. Y si sólo se les ofrece determinado tipo de juguete o de juego, se los limita, se inhibe la capacidad de inventar», consideró una especialista en maternidad y crianza, en un informe realizado por Infobae.
Para ella, «el prejuicio cae aún más fuerte sobre los varones». «Aún resulta chocante ver a un varón jugando a ser bailarina, no tanto es ver a una nena vestida de Batman, ella causa gracia; el varón da a gay».