(PR) Víctor y Mariela son un matrimonio venadense que junto a sus hijas Pilar de 19 años y Magalí de 13 han logrado cumplir su sueño: construir poco a poco, ladrillo tras ladrillo, su hogar.
Nada parece imposible para esta familia que sabe que con esfuerzo y perseverancia todo se logra. Victor es empleado del frigorífico local y Mariela es la encargada de cuidar del hogar y realizar no sólo las tareas cotidianas sino también algunas otras como sembrar, cuidar las gallinas y otras tareas que han podido organizar en su quinta.
Sapukay es el nombre que decidieron ponerle a su “lugar en el mundo”. Hace tres años, Mariela recibió este terreno en el barrio Favaloro, a las afueras de la ciudad, como parte de la herencia de su padre y desde entonces cada día la familia pone su tiempo, energía, conocimiento y creatividad para que cada día esté más linda. “Somos una familia muy cooperativa tanto entre nosotros como para ayudar a los demás, comprensiva y sobre todo muy unida” describe con el pecho inflado de amor Mariela.
Magalí está terminando séptimo grado y Pilar sueña con culminar el secundario aunque el 2020 fue un año que pausó todos los planes. El estudio y el trabajo son aspectos innegociables para esta familia venadense que día a día se arremanga para vivir un nuevo día.
Mientras tanto cada día, después de su jornada laboral Víctor junto a sus hijas emprenden la tarea de construir su vivienda, una tarea dura y que requiere de un gran esfuerzo físico pero que al cabo del día es su orgullo y alegría.


