En la sesión del martes el máximo tribunal de Justicia del país se expidió sobre la aplicación del denominado “2×1” (régimen que marca doble por cada día de prisión preventiva) para el cómputo de penas a represores de la última dictadura. En esta oportunidad y por cuatro votos a uno, los integrantes de la Corte Suprema resolvieron rechazar la aplicación del 2×1 para aquellos condenados por delitos de lesa humanidad.
En diálogo con PUEBLO Regional, el juez de Cámara, Tomás Orso, marcó posición sobre este tema: “Yo defiendo las garantías en el proceso penal, independientemente de quien sea el imputado”.
Para explicar su controvertida posición, el jurista describió que “por el principio de aplicación de la ley penal más benigna, que va desde la comisión del hecho hasta el cumplimiento total de la condena, el acusado tiene derecho a acceder a la ley más favorable. Desde el siglo XVIII en adelante en todos los estados de derecho se aplicó lo que se conoce como principio de ley penal más benigno”.
Por otra parte, Orso consideró que “lo que yo veo peligroso y por eso no comparto el fallo de la Corte, es que se relajó una garantía esencial del proceso penal, como es la aplicación de la ley más benigna. En este caso se autorizó una aplicación retroactiva más gravosa. El tema es que ahora este relajamiento de garantías se aplica para delitos de lesa humanidad, pero mañana se puede extender a otros tipos de delitos, los delitos ordinarios. Porque ya se ha visto que algunas cuestiones que se aplicaron primero a temas de lesa humanidad luego se ampliaron al campo del delito común”.
Siguiendo con su análisis, opinó que “hay que tener cuidado que esto no termine siendo un boomerang en el sentido que hoy los sectores que apoyan este fallo de la Corte después vean que será utilizado para otro tipo de hechos comunes. Estamos en una situación de relajamiento de garantías que a mí me hace ruido”.
Tras aclarar su fuerte repudio a los delitos cometidos durante la última dictadura militar, y a modo de conclusión, el camarista razonó: “Ahora abrimos una puerta un poquito para que entren los delitos de lesa humanidad, pero ojo que esa puerta puede seguir abriéndose y puede haber un relajamiento de garantías hacia otros hechos que no sean de lesa humanidad. Por eso creo que es muy riesgoso”.