Para Érica termina una pesadilla. La agonía de estar separada de su hijo de seis años por más de seis meses: “Finalmente, después de tanto esperar que llegara este momento, Bruno está en su casa, con su mamá, en su centro de vida”, cuenta emocionada Érica.
En febrero, Bruno había viajado con su papá a pasar unas semanas con sus abuelos paternos que viven en Garopaba. Iba a volver en marzo para comenzar primer grado, pero por las restricciones, hasta el miércoles pasado, la familia no tenía certeza alguna del regreso del menor a la Argentina.
Desde la Dirección General de Migraciones se contactaron con Érica para organizar el regreso de Bruno: “Primero llegó la confirmación desde la DGM, pero faltaba el permiso del el Ministerio de Salud. El miércoles me confirmaron que Bruno tenía que hacerse el hisopado para que el sábado pudiera cruzar a la Argentina”, explicó la mamá.
CINCO MESES CON LA FRONTERA CERRADA, SEIS SIN PODER ABRAZARSE
El primero de abril, Bruno cumplió seis años a 1500 kilómetros de su mamá Érica: “Lo festejamos por videollamada. Para mí fue terrible tener que celebrarlo a la distancia. Con mi hermana le preparamos una torta y decoramos todo con globos”, contó Érica a TN.com.ar.
Sin lugar a dudas, ese fue un día difícil para la rosarina porque no solo no estaba con su hijo, sino que comenzaba a hacerse realidad su peor pesadilla: “Tenía miedo de que siguieran pasando los meses con Bruno lejos de casa y así tal cual ocurrió”.
EL TAN ESPERADO ABRAZO
A Érica le resulta difícil poner en palabras lo que significó tenerlo nuevamente con ella, abrazarlo y decirle personalmente, mirándolo a los ojos que lo ama: “Después de tantas noches rezando para que Bruno volviera, ahora solo puedo pensar en disfrutar el tiempo de aislamiento preventivo en casa a puro mimo. Después, retomará su rutina y poco a poco volveremos a la normalidad. No puedo creer todavía que ya lo tengo en mis brazos”.
Fuente: TN
