(PR/Norma Migueles) Un controvertido hecho ocurrido el último martes, fue llevado este viernes a los tribunales de Venado Tuerto. Un conflicto intrapersonal terminó con una mujer -que sufrió un intento de ahorcamiento por parte de un hombre que hoy se encuentra internado en terapia intensiva con estado reservado- imputada por la fiscalía por lesiones graves. En tanto, hay una tercera persona que salió en defensa de la joven al momento de la agresión y también será investigado por su participación en el conflicto y que, por ahora, es tratado como víctima ya que fue herido en el incidente.
La causa fue presentada por la fiscal Florencia Schiappa Pietra, quien imputó a una joven de 30 años de edad por lesiones graves dolosas por exceso en la legítima defensa, en perjuicio de un camionero de 45 años, quien se encontraba con ella en una pensión en la madrugada del pasado martes. La fiscal solicitó al juez Mauricio Clavero la prisión preventiva por 60 días para la mujer, pero el magistrado planteó algunas dudas por algunas contradicciones y por una situación particular que tenía que ver con el tamaño y peso de la víctima -un hombre alto y robusto- y la agresora -una mujer de baja estatura y delgada- impediría que ella lo pudiera mover.
En consecuencia, Clavero concedió la libertad de la joven con reglas de conducta, tales como firmar tres veces a la semana en la comisaría; prohibición de acercamiento a la víctima, familiares y domicilio; prohibición de acercamiento al otro partícipe del conflicto; e iniciar tratamiento de desintoxicación. La mujer contó con la tutela de la abogada Cecilia Tosco del Servicio Público de Defensa.
Los hechos
La joven pidió declarar y según su relato, prácticamente coincidente en gran parte con el de Fiscalía, tenía una relación casual con quien es hoy la víctima y en la fecha de los hechos habían estado juntos desde la tarde consumiendo estupefacientes y bebiendo. Al llegar la madrugada, ella le pidió que se fuera porque la mujer que le alquilaba la pieza no quería «juntas».
El camionero se negó a retirarse y tras una discusión la arrojó a la cama y la intentó ahorcar con sus manos. En ese momento, en el que la mujer creyó perder la vida, pudo zafar cuando el hombre se dio vuelta para tomar un cuchillo. En su declaración, explicó que estaba sin aliento y no podía hablar así que comenzó a golpear la mesa mientras intentaba gritar pidiendo ayuda.
En la misma casa vive el hijo de la propietaria, quien duerme en una habitación contigua, y al escuchar ruidos y gritos, comenzó a golpear la puerta hasta romperla y así logró ingresar a la habitación que estaba oscura y sobre la cama encontró a la chica con el camionero encima y un cuchillo en la mano.
El hombre comenzó a golpearlo y tironearlo, pero el otro se dio vuelta y le propinó un corte en el cuello y en la mano. A todo esto, alertada por los ruidos, entró al cuarto una perra pitbull que mordió al camionero y también resulto herida con el arma blanca.
A partir de allí, las manifestaciones son contradictorias, ya que mientras que el vecino dijo que él salió de la habitación a pedirle a la madre que llame a la policía mientras que el camionero estaba en el suelo desmayado, la policía afirmó que, a su llegada al lugar, el hombre estaba sobre la cama con varias heridas sangrantes e inconsciente, previéndose que resultaba casi imposible que por diferencia de peso y tamaño, la mujer hubiera podido hacerlo.
En su declaración, el vecino dijo que cuando salió de la habitación escuchó como la chica comenzó a acuchillar a su agresor. Ante el juez, ella manifestó que cuando comenzaron a pelear, «se asustó al punto de orinarse encima y se acurrucó en un rincón, arrojando luego el cuchillo al patio trasero, donde lo recuperó la policía».
