(PR/Emanuel Fuertes) Hay gestos que parecen pequeños, pero que iluminan la memoria de todo un pueblo. Francisco tiene apenas 8 años y, sin embargo, eligió que su cumpleaños tuviera un sentido muy especial: recordar a Malvinas.
Con su torta, su remera y cada detalle de la fiesta, el niño decidió homenajear a los héroes de 1982. Pero lo más conmovedor fue que invitó a Alejandro Videla, veterano de la guerra, a compartir ese día con él y su familia.
Alejandro y los veteranos suelen recorrer escuelas para contar sus experiencias en las islas y mantener viva la memoria de Malvinas. Sin embargo, nunca imaginó que su relato iba a marcar tan profundamente a un niño, al punto de que lo invitara a celebrar su cumpleaños.
Videla, de 63 años, se emociona al recordar la invitación: «Cuando recibí la tarjeta malvinera me llené de lágrimas, no era Alejandro el invitado, era el veterano, el representante de todos los que estuvimos en Malvinas. Fue un regalo al alma».
Francisco lo recibió con los brazos abiertos y una sonrisa enorme, con una remera con las islas dibujadas sobre el pecho, del lado izquierdo, bien cerca del corazón. Juntos compartieron historias y fotos. Videla llevó una cajita con medallas, recuerdos de las islas, que Fran observó fascinado. “¿Me las puedo quedar?”, preguntó con ingenuidad. Alejandro le explicó que esas medallas siempre iban a recordarle lo que significa Malvinas.
La mamá de Francisco, Evelyn, contó cómo nació esta idea: «Desde Jardín Fran siente curiosidad por Malvinas. Este año, cuando Alejandro visitó su colegio volvió a casa decidido: quería un cumpleaños de Malvinas e invitarlo como gesto de agradecimiento a él y a todos los ex combatientes».
Y Francisco, con la simpleza y claridad que solo un niño puede tener, lo resumió todo en una frase: «Fueron muy valientes siendo tan jóvenes en ir a la guerra. Estoy feliz de que Alejandro haya venido a compartir conmigo este cumpleaños».
Ese día hubo fútbol, juegos y risas, como en cualquier cumpleaños, pero también memoria, emoción y un puente entre generaciones. Alejandro se fue conmovido, con la certeza de que Malvinas sigue viva en el corazón de los más chicos.
