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Un milagro: Tuvo un ACV a los 25 y hoy cuenta su increíble historia 

(PR/RocíoGuzmán) Brunella Rufino es una joven oriunda de Elortondo que con tan sólo 25 años sufrió un Accidente Cerebro Vascular (ACV). Debió aprender a hablar de nuevo, también a comer, por eso ahora disfruta cada momento.

Uno nunca sabe cuales son las vueltas de la vida y son las pequeñas cosas que tenemos “automatizadas” como alimentarnos, sonreír y caminar las que anhelamos cuando las perdemos. Brunella tenía 25 años cuando un ACV casi le cuesta la vida. 

A tres años de ese oscuro suceso…

En 2020, el mundo estaba en plena pandemia. El relato de Brunella se sitúa el martes 22 de septiembre al mediodía, cuando almorzaba con su familia. En ese tiempo, la joven se encontraba realizando “sus residencias”, dentro de la carrera Profesorado de Educación Primaria. 

Según relata la muchacha que hoy tiene 28 años, mientras compartían la mesa se dio cuenta que no se sentía bien, sobre todo, que no podía modular. “Quería hablar pero se me dificultaba”, contó. 

“Me hice entender cómo pude, les dije que no sentía mis pies, entonces mi abuela recurrió a hacerme masajes, pero yo sólo quería acostarme”, relató Brunella a Pueblo Regional. 

En ese momento, se quiso parar pero notó que no podía permanecer erguida. Su familia trató de convencerla de ir a un centro médico pero ella lo único que sentía era mucho sueño. 

Tras insistir, su familia aceptó y la ayudó a llegar a su habitación, pero las alarmas se encendieron cuando pudieron ver que no coordinaba, por lo que la trasladaron al Hospital del pueblo. 

“Al llegar al hospital estaba la doctora de guardia y una enfermera que, la verdad creo que estoy viva gracias a ella, porque tuvo que sobrepasar a la doctora y decirle que me pinche el lado que no sentía. Me tomaron la saturación de oxígeno en sangre y daba normal, hasta que me midieron la presión y era muy alta”, contó con increíble lucidez y luego prosiguió: “En ese entonces la doctora le pide unos estudios a mi mamá que no los tenía, ya que habíamos ido de urgencia, entonces los fue a buscar a mi casa. Mientras mi mamá se retiró para traer los estudios, a mi me dejaron sentada en una silla de ruedas en el pasillo y siguieron atendiendo otras emergencias”. 

Para ese momento, cualquier movilización fuera del radio de la localidad de residencia requería un hisopado, pero los minutos corrían y la situación de Brunella ameritaba el traslado de urgencia a Rosario, por lo que terminaron llevándola en un auto particular.

Lo que sigue da cuenta de un milagro…

“Me sientan atrás y como me iba cayendo deciden acostarme, aproximadamente cuando ibamos por Bombal, le pido a mi mamá sentarme y algo de comer. Ella me da una masita. Más tarde los médicos advirtieron que podría haberme ahogado por mi condición”, recordó. Afortunadamente Brunella no pasó por eso, sin embargo, para ella “fueron las horas más largas de su vida”.

Los ACV siempre fueron asociados a personas que tienen más de 50 años y generalmente con cierta predisposición a tenerlos. Aún así, cada accidente cardiovascular dependerá de varios factores que lo pueden o no desencadenar. 

El caso de Brunella, aunque quizás a simple vista se notaba que era un ACV no deja de sorprender por su edad. Según un estudio publicado por el medio “Los Andes”, describe que se están presentando con más frecuencia este tipo de casos en pacientes jóvenes.

Incluso, el doctor Nicolás Renna, médico cardiólogo mendocino y vicepresidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) afirmó que “progresivamente se están encontrando episodios de accidentes cerebrovasculares en personas más jóvenes, definidos jóvenes como aquellos entre 15 y 45 años”.

A Brunella el ACV le afectó todo el hemisferio derecho, el habla y control de esfínteres. Llegó al sanatorio en estado crítico. Cuando se recuperó tuvo que empezar todo de cero, a cortar la comida, a escribir, a andar en bicicleta e incluso a comer. Su vida cambió por completo. 

Cabe destacar que si bien ha aumentado el número de casos en pacientes jóvenes, la edad promedio ronda los 50 años y que hayan aumentado no quiere decir que sean los más frecuentes. 

En la actualidad, Brunella continúa haciéndose numerosos estudios, para dar con el origen del ACV, pero aún no está claro. Sus médicos creen que una de las causas pudo haber sido la combinación de pastillas anticonceptivas, cigarrillo y estrés. 

Brunella cuenta su historia con la idea de generar conciencia en el consumo de anticonceptivos y prácticas dañinas para el cuerpo. Recomienda visitar a un ginecólogo y consultar por los anticonceptivos que se consumen, a la vez, hacerse estudios que puedan dar con factores que aumenten la posibilidad de sufrir un ACV, ya que uno de los principales causantes suelen ser los antecedentes familiares. 

Para Brunella la vida no fue fácil a partir de este incidente, de todas formas, contra todo pronóstico, ella volvió a sonreír y llevar su vida con cierta normalidad. Se esforzó mucho por recuperar lo perdido y no se permitió caer. Las personas a su lado la ayudaron a tener fuerzas para seguir y eso es algo que no va a olvidar. 

Hoy Brunella cuenta su historia y muestra que todo es posible si se cree en uno mismo. Se siente afortunada de haber podido superar un ACV y seguramente de la misma forma, podrá superar cualquier obstáculo que se le presente.

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