Por Mariano Piersimone
Desde este martes, y en las sucesivas ediciones de Pueblo Regional, Mariano Piersimone, kinesiólogo de profesión, hincha de Unión y Cultura, y amante del fútbol y de las expresiones deportivas y artísticas en general, tiene a su cargo la misión de escribir un libro dedicado a la rica historia de la institución de Murphy, que está próxima a cumplir su primer siglo de vida. En cada entrega, contará el origen del “Celeste” y los hechos más importantes de su rica trayectoria hasta la actualidad.
El Centro Recreativo Unión y Cultura fue fundado en 1925 en Colonia Los Leones, Santa Fe. Todo empezó en una época donde muchos inmigrantes europeos llegaban a la Argentina en busca de una nueva vida. En estas colonias rurales, conectadas por el tren, se formaban comunidades en las que no faltaban los almacenes o boliches, como el famoso Boliche Baracco, que era el lugar de encuentro para todos.
El boliche no era sólo para comprar cosas básicas, también era un espacio en el que la gente se reunía a charlar, jugar a las bochas, las cartas, y, por supuesto, al fútbol. Este deporte, que había llegado con los inmigrantes, se jugaba en potreros con arcos improvisados y pocas reglas. De tanto juntarse, un grupo de vecinos decidió que era hora de fundar un club.
El 23 de enero de 1925, en una noche calurosa, se reunieron en el boliche y se fundó el Centro Recreativo Unión y Cultura. Eligieron como presidente a Ángel Pochettino, y el nombre que decidieron fue propuesto por un maestro rural llamado Daniel Urrutia. Al poco tiempo, construyeron un salón para fiestas y su primera cancha de fútbol, que se convirtió en el centro de muchas actividades.
En 1927, organizaron su primer gran torneo de fútbol con la ayuda de Quilmes, que donó una copa como premio. El fútbol ya era una pasión nacional y en la región empezaron a surgir otros clubes y ligas, como la Venadense. Todo esto motivaba aún más a los jóvenes a jugar y participar.
Para 1931, Félix Baracco asumió la presidencia y empezó a darle más organización al club, se redactaron los primeros estatutos -que se aprobaron en una asamblea general- y eso les permitió formalizar el club ante las autoridades de Santa Fe. También, empezaron a pensar en mover el club más cerca de la Estación de Murphy, que ya era un pueblo en crecimiento, con la idea de hacerlo más accesible y ayudar al desarrollo de la comunidad.
Cuando llegaron a 1935, el club ya llevaba 10 años lleno de actividades, encuentros y fútbol. Aunque seguían en Colonia Los Leones, estaban bien organizados y tenían todo un inventario de lo que habían logrado construir. Desde esos primeros días en el boliche hasta convertirse en un símbolo de la zona, el Centro Recreativo Unión y Cultura creció con esfuerzo y unión, reflejando el espíritu de todos los que lo hicieron posible.
En la próxima edición, el club se muda definitivamente al pueblo, donde se contruyeron la sede, la cancha y la institución deportiva empieza a tener un profundo sentido de pertenencia por los vecinos de la localidad.