(PR/Norma Migueles) Este jueves, pasado el mediodía, en los Tribunales de Venado Tuerto se realizó una audiencia declarativa a solicitud de la defensa de Ramiro D, quien está coimputado por el homicidio de Juan Carlos Salinas, hecho ocurrido el 8 de noviembre pasado en calle Pringles 88. El acusado participó de la audiencia por zoom.
El joven, empleado del otro sospechoso de la autoría del violento episodio en el que Salinas fue apuñalado, dio un detalle pormenorizado ante el juez de la causa, Adrián Godoy, sobre lo ocurrido desde el día anterior al hecho hasta horas después del ataque. Manifestó que, en ese momento, prefirió alejarse de su empleador, aunque recibió amenazas del mismo si llegaba a contar lo que había ocurrido.
Además de la defensora pública María Cecilia Tosco, de la audiencia también participaron la fiscal Mayra Vuletic y la abogada de la querella Ana Regidor.
El imputado narró cómo se encontraron la noche anterior al homicidio cuando participó de una reunión en su departamento. Luego, en la mañana, lo fue a buscar y sería Kevin P. quien habría manejado hasta llegar cerca de la casa que tiene en calle Pringles (frente a la casa de Salinas), allí se bajó y él se sentó del lado del conductor.
También dijo haber visto como su empleador se abalanzaba y apuñalaba a Salinas. Él, por su parte, «shockeado» siguió manejando hasta recibir una llamada en la que le decía que lo buscara.
En continuidad con el relato, Ramiro indicó que Kevin P. le pidió que lo ayudara, «que no lo deje tirado e hiciera desaparecer el auto». El joven manifestó que estaba asustado y no quiso complicarse y le dijo que no, que se iba. Finalmente, el otro lo amenazó para que no contara lo que había visto.
Las partes optaron por no hacer preguntas, más allá que el imputado había aceptado responder cualquier duda. La fiscal Vuletic únicamente le pidió que reiterara si había visto el momento en que Salinas fue apuñalado y qué arma se usó, y así lo hizo ratificando sus dichos.
Finalizada la audiencia, Vuletic explicó que se trató solo de un testimonio -un adelanto de prueba- en caso de llegar a un juicio y que, por ahora, no cambia la carátula y ambos siguen imputados por el crimen del hombre.


