El hogar de ancianos Santa Ángela se enfrenta al desafío de gestionar una situación de suma complicación y para la cual no existen las recetas más allá de las prescripciones establecidas desde las oficinas gubernamentales para tomar precauciones y responder con eficiencia. Se trata de uno de los espacios de mayor fragilidad, dado el carácter de población de riesgo de sus habitantes.
Una de sus responsables, Rut Coverton, conversó con PUEBLO Regional sobre las medidas que se están llevando a cabo en medio de una pandemia que bloqueó la capacidad de respuesta acumulada y exigió buscar nuevas formas de ejercer la práctica cotidiana.
En ese sentido, Coverton explica que “se está trabajando con todas las medidas de seguridad que se delinean en los protocolos que semanalmente envía el gobierno provincial”. Al respecto, como una forma de asegurar la infraestructura para estar en condiciones de responder, “se preparó una habitación especial por si alguno de los ancianos levanta fiebre y se estableció un mecanismo de respuesta rápida para realizar el hisopado y generar el aislamiento necesario. Se llevan a cabo capacitaciones permanentes para garantizar las medidas de seguridad”.
“Están trabajando muy bien las empleadas y asumiendo un poco de todas las actividades, sacándolos al jardín, creando actividades recreativas y buscando alternativas para pasar esta situación”, agrega.
Además, la responsable del hogar apuntó que se pusieron refuerzos de personal para cubrir los francos y que todas las trabajadoras tengan su tiempo de descanso, y se están implementando los testeos del personal: “Esto es algo que nos da mucha tranquilidad, por ahora dan todos negativos, pero todos sabemos que la puerta de ingreso del virus a los geriátricos es a través del personal, así que realmente agradecemos esta decisión, además de la forma que está organizado”, finaliza.