El histórico y emblemático club de campo El Empalme, ubicado a pocos kilómetros del centro de Venado Tuerto, festejó el 100° aniversario de su fundación. El club de campesinos fue fundado hace cien años por un grupo de colonos que vivían en esa zona, dónde está radicado actualmente, a unos 7,5 kilómetros de la ciudad. Claro que en aquella época las distancias parecían mucho mayores a la actualidad, además de que la Esmeralda del Sur era un pequeño poblado con algunos pocos miles de habitantes. Muy distinto al presente, en donde alrededor de 100 mil personas viven en Venado Tuerto.
Los clubes de campo eran moneda corriente en la década del 50 en adelante. Generalmente había un club donde realizar prácticas deportivas, una escuela en inmediaciones y hasta un salón de baile típico que era el lugar de encuentro de los chacareros, que al menos una vez a la semana encontraban la excusa perfecta para divertirse, pasar una noche agradable y generalmente acompañado de una cena y bailar.
En el año del centenario del club campesino El Empalme de la ciudad de Venado Tuerto, el club recibió un aporte para refacciones. En este caso de la mano del senador radical por el departamento General López, Lisandro Enrico, quien dijo que “la comisión del club llevó adelante obras de mantenimiento y refacción en su edificio, que está ubicado en la zona rural de la ciudad. En esta oportunidad colaboramos en el reacondicionamiento de los baños, un trabajo necesario para la comodidad de todas las familias que asisten a las cenas y bailes tradicionales del club”.
Agregó tras el emotivo acto con motivo de los cien años que «compartimos un acto con las familias que lo siguen sosteniendo de pie y con algunos descendientes de fundadores. Todos esos hombres y mujeres son el corazón de la institución que sigue perdurando y promoviendo eventos para conectarse con los vecinos. Es un lugar de entretenimiento, desde las tradicionales cenas y bailes hasta los deportes que practican los amateurs. Por eso les hicimos entrega de una placa de reconocimiento».
Resaltó además que “para seguir sosteniendo aquel sueño que iniciaron sus fundadores hace un siglo se compartió el tradicional festejo del club, esa costumbre que se sigue conservando como en la época de nuestros abuelos y padres. Por todo el trabajo que llevaron y llevan adelante quiero felicitar a toda la comisión por seguir poniéndole el corazón y trabajo a este querido club para que siga creciendo y permaneciendo en el tiempo».
Clubes de campo
En la zona hay algunos que sobreviven a la piqueta de la civilización, la modernidad y las «nuevas» costumbres. Tal es el caso del propio club El Empalme (Venado Tuerto), o el club 9 de Julio en el Paraje Rabiola ubicado en el distrito de Carmen sobre la ruta 33 o la escuela con su salón en San Marcos, a la vera del camino que conduce desde Venado Tuerto hacia San Francisco, y también el club Mitre ubicado sobre la ruta 14 entre las localidades de Miguel Torres y Bombal.
En todos estos lugares la colonización llegó de la mano de una escuela, generalmente construida durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón allá por la década del 40 y del 50, un club para que los hijos de peones rurales o colonos pudieran recibir educación, un club dónde se realizaban prácticas deportivas y el ansiado salón de baile de fin de semana. Todo, o casi todo en un mismo edificio.
El propio ministro de Seguridad, el venadense Jorge Lagna, sostuvo acerca del Empalme que «es un excelente club de campesinos en el que se práctica fútbol, pelota a paleta y los históricos bailes populares. El Empalme es un pedazo de historia de la ciudad».
Pito, como le dicen a Lagna, conoce de lo que habla ya que no sólo fue un asiduo participante de los torneos amateurs que se celebraban en el club con la seguro casaca número 9 estampada en la espalda, sino que también él vivió sus primeros años en otro club muy conocido de la región; el 9 de Julio de Paraje Rabiola.
Decenas de testimonios evocan con ternura al club El Empalme en las redes sociales. «Es un Club Social para pasar el día en familia con asado o con mates, hay juegos para los niños así como un par de cancha de fútbol, otra de paddle y de pelota paleta», resaltó Fabián. Para José Ignacio Geraci «buen lugar para ir a tomar una cerveza luego de andar en bici. Lugar típico de encuentro de ciclistas y motociclistas».
«Excelente salón de campo para fiestas. Club social con canchas de futbol y pelota palera. Esmerada atención al cliente. Familiar», resumió Pablo de la Cruz Fernández. «Excelente parada cuando regresas de rodar en bicicleta para un sandwich de milanesa y cerveza bien fría», dijo María Oviedo.
Fuente: La Capital