Las modas siempre vuelven, dice un lugar común que repetimos con insistencia los argentinos. Una de esas modas que retornó es la de poner límites a la cantidad de productos que se pueden adquirir por familia en los supermercados.
En el orden local el que está haciendo punta con esta modalidad es la cadena de supermercados regional Mami, que en su sucursal de calle Casey colocó en las góndolas de las harinas este simpático cartel: “Sr. Cliente sólo se venderá por persona un paquete de harina. No comprometa al personal, disculpe las molestias. Supermercado Mami”.
Versiones sobre estas limitaciones para las compras ya se habían denunciado la semana pasada en otros supermercados, donde también se planteaban instructivos para la forma de pago.
“Apenas entras te tiran las directivas, con tarjeta no, sólo efectivo y un producto por persona, encima no tienen cambio ni caramelos te dan”, se quejó una vecina a través de la red social Facebook.
En Rosario, otro colaborador de PUEBLO Regional, encontró limitaciones para la compra de carne en la cadena internacional de supermercados Carrefour.
Desde hace años que no se vivía en Argentina esta costumbre de limitar la cantidad de productos que se pueden adquirir por familia, medida a través de la cual los empresarios cuidan no quedar al descubierto ante las constantes subas de precios producto de la devaluación.
El desfasaje, que lo sienten más los almacenes barriales, se produce entre el precio de venta al público y el que tendrán que abonar los comerciantes al momento de reponer la mercadería.
En los últimos tiempos se volvió moneda corriente en los medios de tirada nacional hablar de la crisis venezolana y los límites en la cantidad de productos a la mano de los consumidores. Al parecer la campaña del miedo del macrismo pronosticando que íbamos camino a convertirnos en una nueva Venezuela, de a poco, se está volviendo realidad. (foto gentileza Carlos Barbarich)
