Tanoni Hnos. es una de las empresas regionales de más larga trayectoria e importancia. En el contexto de desabastecimiento de aceite, que dejó góndolas vacías o con carteles que advertían que solo podía llevarse una botella por persona. El cambio en el rol del Estado en el sector destartaló el funcionamiento, a partir de la lenta desarticulación del sistema de fideicomiso mediante el cual los exportadores dejaban un 1% y el Estado compensaba a los industriales que venden en el mercado interno.
“El Estado dejó de participar activamente desde hace unos cuantos años, después existió un fideicomiso supervisado por el Estado, donde los exportadores eran aportantes, y los que vendíamos en el mercado interno recibíamos parte de eso para mantener barato el precio del aceite hacia adentro. En un acuerdo de partes, se ha ido aumento el aumento sistemáticamente en el transcurso del año, pero nada tiene que ver los porcentajes con la realidad de lo que falta de salida, que se transmite en aumento de los aceites. Resta salir un 30%, que estaba previsto para agosto”, explica Carlos Tanoni, titular de la firma de Bombal.
La salida del esquema de fideicomiso, que permitía pisar el precio de aceite, genera distintas consideraciones entre los industriales. La diferencia entre el precio de salida de la fábrica y el que se exhibe en las góndolas está compuesta por varias instancias de distribución y tiene diferentes incidencias. Este desfasaje, según el industrial, representa unos ocho pesos en los precios finales del producto. “Nosotros tenemos una demora en la cobranza de esa compensación de 45 días después de fin de mes facturado, así que hay un costo financiero. Pero los que más insistieron que dejara de funcionar el fideicomiso, no fuimos los industriales que vendemos al mercado interno, sino los exportadores”, cierra Tanoni.
