Angustia: trabajador de Vassalli posteó hace semanas la foto de un altar donde le reza a Mariana y a Don Roque

Hace semanas Fabián, un trabajador de la empresa Vassalli Fabril posteó en su cuenta de facebook la dramática imagen. La fotografía muestra una suerte de altar pagano, levantado en la mesa de trabajo de uno de los  talleres de la fábrica Vassalli. Entre los rastros de pintura rojizo característicos de las cosechadoras firmatenses que se observan sobre la mesa, una enorme tuerca hace las veces de candelero. Una fotografía de Mariana Vassalli, titular de la empresa hasta estos días en que, según marca la crónica periodística, está casi cerrada la transacción que empodera al frente de la fábrica a un grupo de concesionarios del sur de Córdoba. Sobre ella, una medalla con el rostro de Roque Vassalli (mítico fundador de la empresa y símbolo de la identidad firmatense) con la leyenda «industria argentina» pende de un enorme tornillo, pieza que conforma la cotidianidad del trabajo en la fábrica de cosechadoras. Detrás, un escudito del Club Atlético Independiente y un vaso de «el rojo» con un billete de dos pesos. Delante y sobre otro tornillo, medio abano apagado completa el ritual pagano. El vínculo afectivo que une a los trabajadores de la empresa Vassalli con la familia que tradicionalmente fue la propietaria, de tan intenso y estrecho resulta para muchos incomprensible. Pese al dramatismo con que se vivió la coyuntura económica de estos últimos meses, que los vio cobrando sin trabajar en un principio, con la jornada reducida luego, con deudas acumulándose y promesas incumplidas, el cambio de manos de la empresa no para todos resulta una buena noticia. La interrupción de la asistencia financiera, el abandono a la política de protección de la producción nacional, la apertura irrestricta de las importaciones y la ruptura de las relaciones fluidas con el Gobierno Bolivariano de Venezuela (principal comprador de las cosechadoras Vassalli) decididas por el nuevo gobierno, precipitó los tiempos. Y dió el golpe final. Habrá que esperar, rezándole vaya a saber a quién.