El sábado 7 de septiembre, a las 19.30 en la Casa de la Cultura “Don Liberato Rebora” de Melincué, se estrenará esta película documental filmada en 16 pueblos y ciudades de las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, entre ellas, la cabecera departamental.
En esta oportunidad, se presentará también el grupo “Coral de las aguas altas”, quienes interpretarán canciones de la película y otras. Habrá un esmerado servicio de buffet.
Estarán presentes los directores de la producción, Leandro Rovere y Nacho Sánchez Ordóñez, quienes presentarán la película y dialogarán con el público. La entrada tendrá un costo de 2.500 pesos y la capacidad de la sala es limitada. Pueden comprarse de forma anticipada en la comuna.
Sinopsis
La región de la pampa húmeda fue una de las primeras en donde se desarrolló el ferrocarril, Alrededor de sus estaciones nacieron pueblos y ciudades. Trajo consigo una infraestructura que se hizo carne con el paisaje: vías, estaciones, talleres. A la naturaleza se le sumó el hierro, los ladrillos y las tejas, que definieron su estética. Hoy las formas de producción y los medios de transporte han cambiado.
Aparecen los extensos sembradíos de soja, maíz, trigo, y las máquinas sembradoras, cosechadoras, fumigadoras. El tren, vehículo fundante, parece haber dejado de ser importante para la vida social de la zona. Quizás porque ya no transporta personas, sino commodities a veces producidos de modo conflictivo por su impacto en la salud y en el ambiente. La pampa húmeda se convirtió en un lugar mítico, misterioso e intransitable.
En Rosario, un dúo de cineastas construye una zorra de tracción a sangre con el objetivo de realizar un retrato de esta región viajando hasta Espora, un pueblo donde se realiza “La fiesta de la zorra”. Para llegar a destino, la acción del film es motorizada por una propuesta performática: diversos protagonistas la hacen avanzar de una población a otra.
Comienza así un relato coral en el que la zorra se convierte en un escenario donde cada pueblo expresa sus anhelos, en un espacio donde se hace presente la música, la emoción y el encuentro. La zorra, inspirada en los primeros vehículos de este tipo, a vaivén, pero construida desde cero, íntegramente para esta película, toma vida propia: se rompe, se traba, descarrila. Pero no está sola: ferroviarios, poetas, maestras, trabajadoras rurales, alumnos de escuela primaria, gauchos, pueblos originarios, músicos, médicos, personas de todas las generaciones ofrecen sus brazos y hacen fuerza para que siga viaje en una utopía en común con los cineastas: llegar a Espora. Y que vuelva el tren.
