(PR) En 2002 Marcelo Beccaceci viajó a la Antártida. A su regreso pasó por las Islas Malvinas, y en el Museo de Puerto Argentino vio un dibujo de dos gauchos tomando mate. Este fue el disparador de lo que hoy es su libro “Gauchos de Malvinas”, una obra que reúne textos y pinturas de un período que va de 1824 a 1874 en el territorio austral.
Este sábado 28 de septiembre, a partir de las 19, el escritor estará en Venado Tuerto presentando “Gauchos de Malvinas” en la Casa Museo Cayetano Silva (Maipú 966).
“Ese dibujo de un gaucho pasándole el mate a otro, y un folleto con más dibujos de gauchos me llamaron la atención y ahí empecé a investigar y me di cuenta que en alguna parte del mundo alguien tenía los originales de estas pinturas. En principio eso había llegado a través de una donación, y luego de un tiempo descubrí que se trataba de una colección privada de pinturas de más de 150 años, propiedad de una familia que vive en Buenos Aires, de descendencia británica, pero que me facilitaron la posibilidad de poder fotografiar estas pinturas para incluirlas en mi libro”, señaló el escritor.
Según la información que logró recabar Beccaceci, durante más de medio siglo el ganado salvaje y los gauchos rioplatenses poblaron el paisaje de las islas, y en su libro rescató algunas de las aventuras y desventuras que atravesaron estos paisanos de origen argentino y uruguayo.
En el libro se puede encontrar “información inédita sobre la vida de los gauchos durante cincuenta años en las islas, de 1824 a 1874, con textos y pinturas, todas acuarelas, de un pintor que estuvo en Malvinas en esos años y reflejan las costumbres y vida de estos paisanos”, rescató Beccaceci.
El narrador precisó que se trata de un grupo de argentinos y uruguayos que llegaron a Malvinas para trabajar en el manejo del ganado: “En 1824 el gobierno argentino le concede a Vernet (Luis, primer gobernador del archipiélago), que era un empresario que viajó a las islas con un grupo de gauchos, la posibilidad de explotar los animales existentes en las islas para aprovechar la carne y los cueros. En el viaje lleva un grupo de 25 gauchos y sufren muchas vicisitudes, con muchos problemas para los caballos, y los primeros años fueron muy complicados para el manejo y la vida, porque era un clima y un suelo totalmente desconocido para los gauchos”, explicó Beccaceci.
En este contexto, el escritor describe a lo largo del libro la forma en que los paisanos se las ingeniaron para poder atrapar y aprovechar el ganado cimarrón que vivía en las islas, entre muchas otras anécdotas e historias.
