(PR) La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca oficializó la derogación del peso mínimo obligatorio para la faena de ganado bovino, una medida que estuvo vigente durante más de 15 años y que será eliminada a partir del 1 de enero de 2026.
Con este cambio, el Gobierno busca avanzar en el proceso de desregulación económica impulsado por el Decreto 70/2023 del presidente Javier Milei, y apunta a “devolver a los productores la plena autonomía para decidir el momento más conveniente para la faena, en función de criterios propios, técnicos, comerciales o sanitarios”, según la resolución.
“Esta es una medida, dentro de las desregulaciones que hace el gobierno, totalmente equivocada. El peso mínimo de faena fue una medida fundamental para aumentar el stock de hacienda vacuna, que es una deuda que tenemos desde hace mucho tiempo, porque hace 40 a 50 años teníamos 10 millones de cabezas más, y ahora tenemos el doble de cantidad de habitantes, con 10 millones de cabezas menos”, razonó el consignatario de hacienda y martillero Esteban Boyle.
En el mismo sentido, el ex presidente de la Sociedad Rural de Venado Tuerto, explicó que “para aumentar el stock de hacienda debíamos dejar de faenar animales chicos”, y agregó: “Cuando es libre la faena, un ternero al destete, que puede ser un mamón gordo, pesa 180 a 200 kilos, y es el ternero que se comía. Un animal de 12 meses ya se faenaba. Eso llevó a que nos comiéramos mucha hacienda, que no es el stock que nos está faltando, pero si fue una medida para empezar a cuidarnos un poco”.
Por otra parte, reconoció que el problema de caída del stock ganadero supera las fronteras argentinas, “los stocks están bajando en todos los países, y los que más tienen son Estados Unidos, Brasil, India, Australia, Argentina, y en todos bajamos entre un 15 a un 20% el stock en la última campaña. Eso quiere decir que hay más consumidores y menos oferta de carne”.
Boyle también reconoció que hubo un cambio de hábitos de consumo, y la carne vacuna bajó de 80 kilos por persona año hace medio siglo, a 45 kilos en la actualidad.
Más adelante, el consignatario reconoció que la ganadería lo que necesita es “cada vez más eficacia, trabajo y ponerle el mismo empeño, sobre todo en esta región, que se le pone a la agricultura. Necesitamos eficiencia para aumentar el stock, pero esta medida nos tomó totalmente de sorpresa”.
Para graficar lo importante que era esta medida del peso mínimo de faena, Boyle comentó que todos los frigoríficos inscriptos en el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) contaban con balanzas donde se documentaba el peso, y en caso de faenar animales más livianos se cobraban importantes multas, “entonces se cuidaba el productor, se cuidaba el frigorífico y se cuidaba toda la cadena. Yo creo que la medida que se debía tomar era al revés, en lugar poder faenar a 280 kilos, aumentarlo a 320 o 330, porque esa sería la manera de empezar a aumentar el stock. Por ejemplo, en Estados Unidos la faena más baja se hace a 450 o 500 kilos, y de esa manera cuidan mejor el stock ganadero”.


