(PR) Marianela hizo la primer malla para su hija Gianna en 2003, fue entonces cuando sus hermanas también pidieron la suya y al poco tiempo ya eran muchas las mujeres que querían adquirir unos de sus diseños. Esos fueron los inicios de GI-BEN, un emprendimiento venadense que crece a pasos agigantados motivado por el deseo de que cada persona pueda sentirse a gusto con un traje de baño acorde a sus necesidades.
Marianela cuenta que siempre le gustó el diseño de indumentaria y desde pequeña la costura fue parte de su vida gracias a su madre de quien heredó la pasión. Mostrando los esfuerzos que realmente significan ser un emprendedor esta venadense cuenta “tuve que trabajar en otras cosas durante varios años para poder lograr mi objetivo que era tener mi propia fábrica y vivir de esto”.
En cuanto al proceso de creación de una nueva colección, detalla que un año antes a la temporada ya están los nuevos diseños, “eso lo conocemos ya que hace muchos años somos invitados a una exposición de fabricantes de indumentaria que se hace en Buenos Aires en Puerto Madero. Y entre agosto y septiembre ya está terminada la colección.”
Cada año GI-BEN se supera, crece, abre nuevos horizontes y propone alternativas siempre teniendo presente la importancia de crear para todos los cuerpos y superando una y otra vez los estereotipos que la moda busca imponer y que deja afuera a muchísimas personas. Incluso, el equipo de trabajo de GI-BEN ha creado diseños para personas con discapacidad quienes requieren otro tipo de modelos. ”No nos dedicamos específicamente a eso pero sí cuando una cliente lo requiere trabajamos en su necesidad. Nos da la gratificación que esa persona se fue feliz, que hicimos algo por alguien y que quizás de no encontrarla en nuestro local no podrían usar un traje de baño.”
“Cuando amas lo que haces siempre estas creando, porque haces lo que te gusta. Si bien son mayores las responsabilidades porque sabes que si no trabajás no cobrás, le pones la mejor onda” expresa con una energía contagiosa.
Actualmente, la marca GI-BEN llega a pueblos aledaños pero su creadora cuenta también con alegría que esta pandemia les abrió puertas incluso en otras provincias como Córdoba o Mendoza porque el vendedor al no poder viajar a Rosario o Buenos Aires para realizar su compra encontró GI-BEN, “tuvimos un movimiento importante” describe.
Finalmente, como quien no deja de crear un instante y con una creatividad que parece no tener fin esta emprendedora cuenta también que el próximo desafío será una línea de lencería romántica para la cual ya han puesto manos a la obra.
