En las últimas horas se viralizó la historia de «Doctor Peyo», un caballo de 14 años que cuida a pacientes con cáncer terminal en cinco hospitales de Francia. El animal y su cuidador Bouchakour trabajan con Les Sabots du Coeur, una organización francesa dedicada a la terapia, y con científicos que estudian la capacidad del animal para reducir la ansiedad de los pacientes y consolar a las personas con dolor. Su veterinario cree que se debe a la existencia de un vínculo ancestral en los genes entre los equinos y los humanos.
Si bien no los cura, Peyo les transmite su energía y los tranquiliza, consiguiendo que los pacientes hablen o caminen después de meses sin hacerlo. Consigue estimular a los pacientes con cáncer y otras patologías, mejora su estado de ánimo y permite reducir la medicación, por eso, esta experiencia ya forma parte de diferentes estudios científicos, no tan solo en el ámbito de las cuidados paliativos, sino también en geriatría y pediatría.
El caballo se acerca a los pacientes y se deja acariciar, a la vez que los mira y los lame. Pero es él quien escoge a los pacientes, incluso hay días que rechaza entrar en el hospital y sus cuidadores se lo respetan.
Antes de entrar, siguen un meticuloso protocolo de higiene y duchan al caballo, lo cubren con un protector y le aplican un aceite antiparasitario en los cascos. Además, aprendió a subir al ascensor e, incluso, a no hacer sus necesidades durante las visitas.
Su dueño y adiestrador, Hassen Bouchakour, de 31 años, cuenta que Peyo es muy nervioso y al principio no le gustaba que lo acariciaran, hasta que su dueño dejó de querer imponerse y le permitió hacer su voluntad. Uno de los objetivos de Bouchakour es realizar un centro modelo en cuidados paliativos en Francia. Fundó la ONG Les Sabots du Coeur, la cual aporta los 30.000 euros mensuales que cuestan los viajes, controles veterinarios y otros gastos.
Fuente: Rosario3
