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Chapuy, un ejemplo de esfuerzo propio

(PR/Rocío Guzmán) Chapuy, donde residen aproximadamente 1.200 pobladores, es una localidad del Departamento General López, que se encuentra sobre la ruta provincial 90, a 32 kilómetros de Venado Tuerto.

Enclavada en el corazón de la pampa húmeda, la localidad posee suelos muy aptos para la agricultura y la ganadería donde, con el correr de los años, se han instalado importantes empresas cerealeras que brindan trabajo a gran parte de sus habitantes.

En la Comuna, Pueblo Regional fue recibido por Jorge Marmiroli, quien preside la Comuna desde hace 28 años. Conocido como “Popi” y por su incansable labor por llevar el pavimento a todas las calles, Marmiroli es querido por todo el pueblo.

“Popi el constructor”

El ex senador y actual ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, fue quien lo bautizó “Popi el constructor” por el “estilo de conducción admirable, donde además de avanzar con gestiones, también contribuye con las tareas y obras comunales”.

Su gestión siempre dio señales de progreso, y una clave fue que él haya predicado con el ejemplo permanentemente, trabajando en tareas de pavimentación y convenios que les permitan a los habitantes acceder a una vivienda o encontrar trabajo.

“Ya estoy en la última cuadra sobre el campo, la semana siguiente empezaré con otra y me quedarían las dos que están en el acceso al pueblo, pero esas las dejo para el paso de camiones. Sin embargo, sobre la 90 también voy a hacer todo lo que es cordón cuneta. En el pueblo no anda ni un camión, está todo cerrado, tengo arcos para que los camiones no puedan acceder, entonces el pavimento se conserva. El pueblo está todo pavimentado, completo. Antes era todo tierra, cuando vos no regabas medio día los vecinos se quejaban”, contó Marmiroli, quien junto a otros cinco empleados trabajan codo a codo.

Su administración siempre es admirada por otros mandatarios regionales, pero Marmiroli fue conciso: “Lo principal es ser austero. Tengo poca gente laburando, somos cinco y conmigo seis trabajando en las calles, después tengo otros cinco administrativos, un par de eventuales para los residuos y corte de pasto. Hay chicos que van al turno mañana al secundario y a la tarde se vienen a cortar el pasto para ganarse unos pesos. A mí me viene bien y de paso aprenden a trabajar y a valorar el pueblo”.

Por otra parte, reconoció que “otros presidentes comunales me preguntan cómo hago para hacer tanto pavimento y lo principal es no pasar empleados a la Comuna. Tenes que tratar de tener poca gente y al que no tiene trabajo conseguirle, de esa forma nadie te va a golpear la puerta pidiendo un bolsón”, resumió.

Sobre su ininterrumpida presencia en las obras, expresó: “Hice pavimento con Fondo de Obras Menores, si va entrando algún cheque a la Comuna voy comprando hormigón y cuando llego a cierta cantidad me largo a hacer una cuadra. Es un trabajo hormiga, pero ahora todo está muy caro, lo que nos obliga a recibir el dinero y ejecutar obras inmediatamente. Yo con todos los gobiernos hice obras, a excepción de este último donde anduve realmente mal”, añadió.

Marmiroli señaló que su sueño por construir viviendas en la localidad quedó destruido tras la negativa del anterior gobierno provincial: “Tenía un montón de pedidos y me sacaron todo. Eran 24 casas de emergencia las que me había dado Miguel Lifschitz (gobernador entre 2015 y 2019), cuando asumió Omar Perotti me bajaron el número y tampoco me las dieron”.

En tanto que la Comuna lleva construidas 100 casas, cuatro por cuenta propia en el último tiempo. “Fui de a poco comprando materiales, hice que la gente se anotara en una lista de espera y el que llevaba más tiempo inscripto era al que le dábamos la casa, también a los de más necesidad, según la situación que estén viviendo”.

Seguido a esto indicó: “Siempre fui de la idea de darle donde vivir a los que no tienen las condiciones básicas, por eso me comprometí a hacérselas, cuando está todo encaminado les tumbo el ranchito donde viven, le hago los papeles al terreno y construyo la casa con las habitaciones que necesiten según el grupo familiar, me la van pagando en cuotas y la gente cumple. En la localidad sólo quedan cuatro casas humildes, hicimos el pueblo nuevo”.

En la actualidad, Chapuy tiene 1200 personas que viven, estudian y trabajan ahí. “Cuando entré en 1997 éramos menos de 400 habitantes, no había cordón cuneta, el pueblo era todo gallinas y ni se levantaba la basura. Yo soy apolítico, antes de entrar a la Comuna era gomero, y entré por la insistencia de la gente que decía que podía hacer crecer el pueblo”, recordó.

Cámaras de seguridad

Chapuy es un pueblo con una tasa de inseguridad casi nula. Cuenta con 36 cámaras de seguridad distribuidas estratégicamente por todo el pueblo y los accesos.

El Centro de Monitoreo, el ojo justiciero de la localidad, es supervisado por el mismo mandatario junto a empleados municipales. “Por donde entres o salgas, te toman las cámaras. Hay instaladas en los accesos, el cementerio, el predio donde se está edificando un barrio nuevo y todo el pueblo”, señaló.

Marmiroli subrayó que “Chapuy está tomando otra dinámica, no es más el pueblo que era antes. Hay un nuevo barrio donde la gente compró la tierra y comenzó a construir y donde a la vez ya hay un vivero y un comedor grande. Hay varias cosas por hacer aún”.

Auge productivo

La localidad no posee desempleo y su economía crece a pasos agigantados, pero llegar a esto no fue fácil.

En 2007 la ONG Responde publicó un trabajo que daba cuenta de los riesgos de extinción de varios poblados de la Argentina, entre ellos estaba Chapuy. Contra todo pronóstico en los últimos años, diversas empresas decidieron radicarse en el pueblo, por su ubicación y por las posibilidades que brindaban desde el Ejecutivo, como el acceso a las hectáreas y la flexibilización impositiva.

Producto de esto, la población se incrementó y hoy goza de empleo para sus jóvenes y empresas como Nutriel, Matesur, Cargill, BelCab, Chamen y Gialdini Hermanos que se establecieron en la localidad.

“Yo les facilito las cosas a los inversores, porque mi idea es que vengan y le den trabajo a los jóvenes que salen de la escuela, cuando tienen un recibo de sueldo los anoto en las viviendas y se crea un círculo, una cadena, donde todos salimos beneficiados para bien”, afirmó.

“Estamos rodeados de rutas, tengo el ferrocarril Rosario a Bahía Blanca, puerto a puerto, estamos súper conectados y además lo que trabaja el ferrocarril llevando cereal es muchísimo, pasa permanentemente, tengo el centro obrero que tuvo que afiliar gente porque no daba abasto y ganan muy bien, y ahora cuando vengan más empresas vamos a ver, porque mi condición es que yo ayudo a las empresas pero a cambio tienen que tomar a los chicos del pueblo, los que terminan de estudiar y se quedan”, completó.

Marmiroli sostuvo que “la gente no tiene esa necesidad de pedir, no existe acá, porque la mayoría tiene trabajo, en lo único que contribuimos es en los medicamentos”.

“Como en todos los gobiernos, antes, se regalaban garrafas y cajas de leches, pero, aunque yo no tengo problemas de regalar, lo empecé a intercambiar por trabajo. Si una garrafa era media jornada de trabajo le pedía que vengan a trabajar, les daba, pero les pedía que devuelvan con trabajo. Nunca tuve problemas. Pienso que es mejor que la gente valore y progrese, pero con trabajo”.

El mandatario agregó que también es muy celoso y cuidadoso de su localidad. Los provenientes de otras zonas no pueden venir a conseguir su casa propia tan fácil.

“Yo cuido nuestra tierra, no pueden venir todos a que se les construya una casa, primero está nuestra gente y la que realmente necesita. No puedo intervenir si el terreno es privado, pero priorizo lo nuestro”, mencionó, y prueba de ello son las más de cien viviendas construidas por su gestión.

Educación

La comunidad cuenta con el Jardín de Infantes, la Escuela Primaria 176 “Juan B. Alberdi” y la Escuela Media.

Para los chicos que deciden continuar sus estudios en otras localidades se les brinda una ayuda con el alquiler, y los que deciden viajar para estudiar son beneficiarios de becas y transporte. Aquellos que se reciben son invitados a volver al pueblo para brindar sus servicios.

“Cuando entré a la Comuna yo era el que llevaba a los chicos al secundario en Carmen, porque hasta ese entonces no había acá. Posteriormente lo gestionamos y hoy contamos con los tres niveles”, manifestó.

Salud

Chapuy posee una buena salud primaria. “El médico del pueblo hace 6 o 7 años que está permanente, le dimos una casa y se quedó, y aunque le falta poco para jubilarse sigue prestando sus servicios a toda hora. Vendrá una doctora de Elortondo para ocupar su lugar, y luego tenemos varios profesionales que llegan cada semana para atender”. Además, poseen una ambulancia del 107 para traslados, conducida por personal comunal.

Anhelos

Marmiroli confesó que su anhelo más grande es hacer entre 40 y 50 viviendas más, instalar el gas y construir las cloacas. “Sería el orgullo más grande que puedo tener”, expresó.

“Según me dijeron del gobierno provincial para octubre o septiembre podría llegar, cuando termine la red troncal, a tener el gas y eso sería lo más importante para la gente de mi pueblo. Es un sueño cumplido”, exteriorizó.

Marmiroli explicó que su antecesor no llegó a traer el gas porque era un servicio que pocos podían pagar. “Para mí es al revés, es para ayudar a los que no tienen, les conviene pagar el gas. Y lo primero que haré cuando llegue el gas a Chapuy será hacer el Parque Industrial”, anticipó.

Mensaje a la comunidad

“Siempre fui apolítico, de hecho, era gomero, pero me daba bronca que dijeran que íbamos a desaparecer, que nuestra economía no iba a crecer, nos daban por desaparecidos. Yo me puse la camiseta de mi pueblo y por suerte crecimos y hoy todos hablan de lo bien que está esta zona. Para mí es un orgullo”, aseveró.

En este sentido destinó unas palabras para su pueblo: “Me gustaría terminar muchas obras, todavía me falta bastante, pero sueño con traerles más servicios a la gente, y esa es mi promesa. Si el gobierno me ayuda estoy seguro que lo vamos a poder hacer, porque son gente que tiene voluntad de trabajo y confío en que nos van a dar lo que Chapuy merece. Con que me den unas cinco casas, más las cuatro que yo hice, ya son nueve. Es un avance”.


Amor perruno

El mandatario lleva adoptados alrededor de 40 perros que fueron abandonados en la ruta. Tal es el amor de Marmiroli por los animales que los rescata, cría y protege en un campo cercano, donde, conviven con vacas lecheras.

El sentimiento es tan fuerte que según contó, en una oportunidad Vialidad Provincial le solicitó que limpie una zona cercana al peaje (aunque no le correspondía por su jurisdicción), en el lugar se encontró con un galgo grande, al que acarició y cuando se iba le dijo: “Bueno vamos”, el animal sin titubear se subió en la parte trasera de la camioneta.

“El galgo estaba entre las rutas 90 y la 8, lo habían tirado, era un peligro para la gente que pasaba y para él que, lamentablemente, lo arrojaron esperando que lo mataran. Yo andaba en la camioneta y pensé en subirlo a la cabina, y cuando le dije vamos saltó atrás, se ve que estaba acostumbrado y si ahora salis afuera de la Comuna lo ves andando por ahí”, narró.

Marmiroli sostuvo que con la colocación de cámaras de seguridad el abandono de animales se fue reduciendo. “Gracias a las cámaras se redujo, ahí te das cuenta que se ve todo, acá antes vivían tirando animales, ahora se terminó, pero sigue habiendo gente que los tira en las rutas”, afirmó.

Un claro ejemplo de su compromiso fue el relato de un hecho que terminó teniendo relevancia provincial, cuando un hombre de María Teresa apareció en las cámaras abandonando un perro. El mandatario que estaba atento a las cámaras de seguridad, difundió su imagen por las redes de la Comuna, y finalmente el sujeto fue identificado.


 

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