(PR/Norma Migueles) Estas son épocas en que gran parte de la humanidad consume productos químicos con sabor a orgánicos, pero también hay quienes prefieren los productos orgánicos sin químicos, “un retorno a la vida natural”. Un desafío difícil, pero al que se puede encontrar un término medio, contando con el aporte de las sabidurías ancestrales, donde el alimento está destinado a la supervivencia y no a la satisfacción consumista.
Las harinas de trigo tan presentes en nuestro alimento argentino, deliciosas y seductoras terminan afectando nuestro sistema digestivo y para evitarlo, despacito, pero en forma sostenida se fueron colando las harinas alternativas, algunas de uso común en otros países, donde no tienen un suelo tan generoso para producción triguera.
Desde hace tiempo ya están presentes en las dietéticas, allí se puede ver harinas productos de moliendas de todo tipo y color: de arvejas, de almendras, de mandioca, de algarroba, ¡de arroz y en este desembarco llegó la harina de vino.
La harina de vino es un polvo tinto que se puede utilizar de varias maneras en la cocina y que es un subproducto de la elaboración del vino, por lo que tiene un costado sustentable ya que se utilizan descartes de la uva ya prensada. En Mendoza, provincia vitivinícola por excelencia hay varias marcas ya reconocidas que la elaboran y también se sumaron otras como Córdoba y San Juan.
Producto Natural
La harina de vino se elabora con los subproductos sólidos de la vinificación: las pieles y las semillas que se secan y después se muelen hasta lograr la harina.
Un producto que sin dudas llegó para marcar una nueva tendencia, ya que cuenta con increíbles propiedades nutricionales. Además, puede tomarse directamente en jugos, leches o licuados. En la cocina se agrega en bajas proporciones como colorante y saborizante en carnes, salsas, panes, ensaladas, pastas y otros, marcando una diferencia sensorial.
Principalmente aporta altas concentraciones de resveratrol, con propiedades antioxidantes como: retardar el envejecimiento, mejorar la circulación sanguínea, equilibrar los niveles de colesterol, mejorar el funcionamiento intestinal, fortalece los capilares. Además es rica en: potasio, hierro, calcio, Vitamina A – Vitamina C, fibras, Omega 6 y Omega 3.
