(PR) Ante la necesidad de que los productores puedan liquidar los granos, el Banco Central implementó el «dólar soja» para conocer la opinión del sector dialogamos con Esteban Boyle, consignatario de hacienda y miembro de la Sociedad Rural.
Explica que la medida del Banco Central es flexibilizar el tipo de cambio y darle un incentivo al productor para que venda la cosecha pero asegura que es necesario ampliar el tema, algunos productores han hecho las cuentas y aquellos que cobraban cuarenta y nueve o cincuenta mil pesos hoy pasarían a cobrar sesenta mil, obviamente que diez mil pesos más es bueno argumenta, pero el problema principal pasa por otro lado. el productor tiene a la soja como moneda de cambio, si necesita comprar una pick up, una cosechadora, etc. y no hay precio o no entregan, prefiere guardar en su producto y no en comprar dólares. Es un producto que sembró, cosechó, lo tiene en su campo y su valor se equipara con el dólar.
En relación a esto expresa «si el Gobierno se acerca, dialoga de buena manera, el campo va a aportar siempre» Lamentablemente no nos gusta la forma en que se encaró todo, por ejemplo que el sábado vayan piqueteros a la Rural, es casi una guerra entre Unitarios y Federales.
Siempre el más perjudicado es el productor chico ya que el grande tiene otro tipo de respaldo, si tenés un pequeño campo y lo alquilás, se aproxima el cambio en los alquileres yo te aconsejaría que vendas, para aprovechar porque es parte de tu renta anual para tus gastos, sostiene. Ej contrapartida el que alquila o el productor grande no tiene manera de salir a vender todo porque tiene que volver a sembrar, volver a invertir, hoy no hay precio de fertilizantes, de semillas, no sabés con qué costo te vas a manejar, asegura. Reflexiona en que es muy difícil analizar porque cuando todo esto se desgrane habrá ganadores y perdedores.
En cuanto al precio de la hacienda, su especialidad, comenta que en abril vendían la hacienda gorda en trescientos setenta pesos y que hoy ese mismo animal vale trescientos veinte. Bajó de un 15 a un 20% el kilo en pie, lo cual es muy significativo, ya que en un animal de trescientos kilos estás hablando de unos quince mil pesos. A eso se le suma la inflación mensual y esto hace que el productor esté recibiendo un 30% menos, sin embargo en el mostrador la carne está al mismo precio.
