Branco Jáuregui es un joven santafesino de Carreras, tiene 24 años y hace tres que vive gracias a un corazón que le trasplantaron. Por eso, ya sin las restricciones de la pandemia, decidió viajar a Salta para conocer a la familia del donante..
“Los problemas arrancaron a los 20, con síntomas que era cada vez más fuertes. Nunca llegaron a decirme –los médicos ni su familia– que iba a necesitar el trasplante; me dijeron cuando me derivaron al hospital donde me trasplanté”, contó el joven sobre cómo vivió el proceso médico.
Reconoció que antes de la cirugía “estaba con miedo” pero cuando despertó, “era todo felicidad”. Pudo continuar con su vida de manera normal hasta ahora pero sintió que le faltaba conocer y agradecerle a la familia que salvó su vida.
Luego de averiguar el origen del corazón, viajó a Salta el año pasado con su hermano y algunos amigos. “Cuando fuimos y nos encontramos, fue una situación fuertísima. De nuestro lado era felicidad y del otro tristeza absoluta. Pero era una obligación mía agradecerles personalmente por lo que hicieron”, contó.
Agregó que en dicho encuentro, todo fue “agradecer y llorar” y dijo que “desde ese día quedó un contacto de casi todos los días” con los padres de Adrián, como se llamaba el adolescente de 16 años que falleció en un accidente de moto y cuyos órganos fueron donados.
“No hay forma de pagar lo que ellos hicieron por mí. Es una segunda familia que tuve la oportunidad de conocer”, cerró Branco emocionado.
Fuente: Rosario3
