Lo que sucedió en el Centro Agrotecnico Regional conmocionó a la ciudad y la región. La difusión de la noticia estuvo en el centro de los cuestionamientos, después que se especulara con aspectos de la intimidad del pibe fallecido y se lanzaran hipótesis apresuradas sobre la decisión que tomó. Las cuestiones más estructurales, sin embargo, no tuvieron demasiado lugar en las reflexiones mediáticas. Si hubo espacio para la discusión y el intercambio en las redes sociales, que se volvieron un foro dónde se pudo poner palabras a lo que la mayoría de los medios locales decidieron callaran bajo el pretexto del respeto a la familia.
La nota publicada en PUEBLO Regional el lunes fue uno de los disparadores que generaron la expresión de muchas personas, entre ellos, varios periodistas de la ciudad dieron su parecer y se sumaron a un debate incipiente que se manifiesta cada vez más necesario en Venado Tuerto. A continuación reproducimos algunas de las ideas que periodistas venadenses desarrollaron desde las redes sociales.
“Se puede discutir si el tratamiento de los medios de Venado fue el correcto o no, creo que es un debate válido e incluso necesario. Pero nada se compara con la irresponsabilidad de algunos medios nacionales que salieron a dar certezas sobre la causa del suicidio. ¿Quién está en condiciones de afirmar que el chico tomó esa triste decisión por bullying? ¿No es eso una forma de cargarle una muerte a un grupo de pibes de 15 años? Cuando se habla de responsabilidad también se habla de esto. Considero que el hecho debería haber sido publicado porque se produjo en una escuela (no en un domicilio particular, ahí sería diferente), pero antes de informar con tanta liviandad es preferible el silencio. Del mismo modo, me parece desmesurado atribuir la decisión del chico a la escuela, que en todo caso podrá ser cuestionada por la reacción que tuvo ante el hecho”, escribió Juan Miserere, periodista de El Informe.
Mauro Camilatto, director del Instituto Dante Alighieri y de Venado 24, comentó: “primero los suicidios (más aún de un niño) no son noticias. No lo son por varios motivos, pero en primer lugar porque son una decisión privada que nada tiene que ver con lo público. No lo digo, yo lo dicen todas las Organizaciones mundiales (la OMS, UNICEF, etc.) y la mayoría de los códigos de ética de los medios de comunicación mundiales. Solo son noticias en casos de personas públicas o cuando se «suicidan» en espacios como comisarias (caso que es necesario difundir ya que en esos lugares los suicidios la mayoría de las veces no lo son). Por otra parte, nunca los suicidios son unicausales, sino multicausales, por ende no se lo puede culpar a un tema como el presunto bullying o una escuela. Otro debate es la forma de impartir educación en el CAR y otras cosas que suceden en el mismo colegio. Ahí si hay que dar el debate y en todo caso es lamentable que algunos medios ensalcen esa manera de educar, pero de ahí a salir a echarle la culpa por un suicidio hay un largo trecho. Por otra parte fue lamentable lo realizado por los medios de comunicación nacionales que hasta hablaron de una presunta inclinación sexual de la víctima. En definitiva debemos estar orgulloso de la forma que cubrieron el tema los medios locales, sobre todo porque era necesario por el respeto de la familia. Eso está por encima de cualquier otra cosa. Después mezclar el macrismo, la meritocracia y no sé qué otra cosa con un suicidio es un despropósito”.
Por su parte, Tomás Lüder, periodista y docente, sobre la nota de PUEBLO Regional, agregó: “Coincido en lo que significa ese colegio en el imaginario venadense, el significado del bullying y demás (de por sí la palabra apunta a eso: simplificar, aislar el fenómeno de su contexto interpersonal y transformarlo en una «patología» curable, abordable por el propio biopoder que la genera). No me atrevería sin embargo a hacer conexiones directas, no sé si el autor la está haciendo tampoco, pero puede desprenderse eso en el marco de la nota, que igualmente me parece muy lúcida. Entiendo sin embargo que antes de trazar causalidades «simples», hay que atenerse también a los trasfondos personales y familiares que no conocemos. Obvio que tampoco podemos aislarlos del imaginario que encarna el colegio y demás, pero entiendo que hay factores que no conocemos. Son los íntimos, y ante el dolor, al menos ahora, desde afuera, prefiero no opinar”.
