(PR/GiulianaGhignone) Pensar en el otro, buscar e ingeniárselas para ayudar a quien lo necesita es una de las principales características de María Agostina Temporetti una joven de la localidad de Firmat que trabajó en una campaña de colecta de juegos para los abuelos del geriátrico de Firmat.
Con la pandemia las visitas debieron cesar entonces fue cuando surgió la posibilidad de acercar materiales para hacer manualidades y juegos de mesa.
María Agostina, comentó a Pueblo Regional que su relación con los residentes de esta institución comenzó en el 2014 cuando leyendo el diario local se enteró de una convocatoria que realizaba el mismo hospital buscando vecinos que quisieran ir a visitar a los adultos mayores que allí residían. “Desde entonces y a lo largo de este tiempo me fui acercandome a ellos a través de diferentes propuestas que tenían como objetivo entretenerlos y brindarles un momento de alegría, calor y afecto. Recuerdo aquel primer día que los visité, allá por el 2014, llevé conmigo a dos alumnas, ya que también soy profe, y juntas leímos a los abuelos el cuento del «príncipe feliz» . Después en otra ocasión contacté a un grupo de mujeres conocidas que cantaban y tocaban la guitarra y las invité para ir una tarde a llevar un poco de música a los abuelos. Otro año para navidad por ejemplo, con el grupo de catequesis del cual yo formaba parte, llevamos el pesebre viviente en vivo frente a la residencia para que todos los abuelos pudieran verlo”.
Cuando comenzaron las restricciones para no cortar con el vínculo y también poder colaborar de alguna manera María Agostina comenzó a llevarles dulces y materiales como revistas, lápices, papeles y demás para hacer manualidades. “En una de mis últimas visitas, charlando con una de las enfermeras a cargo del cuidado de los abuelos, me cuenta que les hacía falta algo para entretenerse y pasar el tiempo, sobre todo estos días largos y fríos de invierno. Asique rápidamente dijimos «juegos de mesa» y puse manos a la obra, publiqué en redes sociales solicitando colaboración a la población y comenté en casa y a amigos” comentó esta firmatense quien logró su cometido y el fin de semana siguiente ya contaba con los primeros juegos para los abuelos: un ludo, dominó, bingo y generala. “¡Estaban chochos los abuelos! Decían «es para todos eh, para todos» y se miraban y reían entre ellos. Luego en las semanas siguientes me fueron contactando otras personas y grupos de la localidad para colaborar y les pedí que fueran ellos mismos al Hogar a llevarles las cosas. Me pareció una buena idea para fomentar también eso, el interés por el prójimo y la ayuda desinteresada”describió.
Con un espíritu inquieto y decidido a seguir aportando desde su lugar, con sus conocimientos y contactos, María Agostina se encuentra trabajando sobre un proyecto al que llamó «escuela hogar» , un espacio gratuito para chicos con discapacidad destinado a favorecer su desarrollo y fomentar su autonomía a través del aprendizaje de hábitos de la vida diaria como cocinar, limpiar, hacer mandados, o algún tipo de trabajo, etc. “La idea surge dentro del contexto de mis estudios como acompañante terapéutica y de un caso real que particularmente me ha conmovido. Pienso que la propuesta sin dudas serviría para la inserción y participación activa de muchos chicos y chicas en la sociedad actual” concluyó.