Graciela Duran es enfermera en el Hospital de la ciudad bonaerense de Colón, a 50 kilómetros de Venado Tuerto y a 15 de Wheelwright. Ayer hizo pública una conmovedora carta en la que a través de su percepción personal transmite lo que sienten algunos trabajadores de la salud que hoy en día están desempeñando tareas en medio de la pandemia, al observar el relajamiento y la falta de cuidados de los ciudadanos que, hasta niegan la gravedad d ela situación y hasta la existencia de la enfermedad.
“Hoy después de terminar mi guardia, agotada de tanto caminar mi querido hospital, veo gente tomando mates en la plaza como si nada pasara, como si esto que está pasando fuera solo publicidad”, señala en su posteo en las redes sociales. Agregando: “si supieran lo estresante y lo triste que (es) ver a mis compañeras, enfermeras, médicos, personal de servicios, camilleros , con sus rostros marcados por los elementos de seguridad, con sus piernas casi sin fuerzas y los pies lastimados por el calzado que se debe usar”. “Quiero creer que entenderían el significado de empatía, porque cuándo están cursando la enfermedad ahí si piden empatía ¿Porque antes no?”, se pregunta. Y continúa: “empatía tienen que tener con los trabajadores de la salud que no dan abasto para atenderlos, porque creanme que hacemos hasta lo imposible para que todos sean atendidos”.
Finalmente señala que “pedimos disculpas si no llegamos a tiempo, entonces señores desde mi humilde lugar les pido empatía para todo el personal de salud, para todo el personal de mi querido hospital”.
Bajos sueldos. Pocos recursos materiales. Alto riesgo de contagiarse y, como si todo esto fuera poco, falta de empatía por parte de los ciudadanos. Triste actualidad de los trabajadores de la salud en tiempos en que más deberían ser valorados.
