La lactancia materna es la forma más adecuada y natural de proporcionar aporte nutricional, inmunológico y emocional al bebé, ya que le aporta todos los nutrientes y anticuerpos que lo mantendrán sano, sin olvidar que le permitirá crear un fuerte lazo afectivo con la madre.
Desde el 1 al 7 de agosto se desarrolla la Semana Mundial de Lactancia Materna 2018, que este año llevará el lema “Pilar de la vida”.
PUEBLO Regional consultó sobre este tema al médico pediatra Pedro Bustos, quien explicó que “a través de la historia hubo distintas etapas, desde una época en que por estética no había que darle la teta al chico y en los últimos años venimos destacando en una forma más directa los beneficios de la lactancia materna, y la realización de esta semana tiene que ver con poder difundirlo en todos los medios para que las mamás que están embarazadas y aquellas que puedan volver a tener un bebé, empiecen a pensar en los beneficios de darle la teta a su hijo”.
Bustos destacó, además de los beneficios nutricionales e inmunológicos, “lo que tiene que ver con la cuestión vincular. Esto significa el afecto, el amor que se le da al niño a través de este alimento”.
Otro de los beneficios que se traspasa al bebé a través de la leche es la memoria inmunológica de la madre para reforzar las defensas.
“Otro tema importante es el de la empatía, por eso no aconsejamos que den la teta mientras hablan por celular, y esto tiene que ver con la relación, el estímulo del amor, el contacto, que debe tener la madre con el hijo”, apuntó el profesional.
Un dato llamativo es que la vieja costumbre de amamantar a hijos de vecinos o parientes tan común años atrás, cayó en desuso con la aparición del SIDA: “Desde que apareció el VIH fue un antes y un después en esta costumbre por el período ventana que tiene el virus. Antes existían los hermanos de leche, como se les decía, que eran las vecinas que habían tenido los hijos más o menos al mismo tiempo y compartían la teta de la madre que tenía más leche. Esto ya casi no existe por esta cuestión del VIH”.
Para terminar, Bustos aconsejó: “Lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y a los seis meses se le agrega alimentación complementaria. Introducción de alimentos semisólidos progresiva oportuna, hasta que al año se lo suma a una alimentación familiar. Este es el esquema general que repetimos y decimos que la lactancia prolongarla hasta los dos años”.
