(PR/Norma Migueles) En una extendida audiencia celebrada esta mañana en los tribunales de Venado Tuerto, a solicitud de la fiscal Mayra Vuletic, la jueza Paula Borrello ordenó la prisión preventiva para NDC, un boxeador oriundo de la localidad de Santa Isabel, quien fue denunciado por su pareja por una violenta paliza, que a su entender cesó porque la creyó muerta, “lo último que vi antes de desmayarme fueron sus zapatillas manchadas con mi sangre”, relató a la magistrada antes de las audiencias imputativa y cautelar.
Una corta relación de un año pasó por las etapas del idilio y la admiración los primeros seis meses, para convertirse en un infierno de celos, violencia, insultos y golpes en el segundo tramo. La mujer negó al comienzo ser víctima de violencia y ocultaba los golpes y moretones, que venían con estallidos de celos.
La fiscal imputó a NDC por los delitos de tentativa de homicidio, calificado, violación de domicilio, daños, amenazas coactivas y resistencia a la autoridad por los hechos acontecidos el 28 de julio pasado y el 20 de agosto.
La magistrada de IPP consideró que se abastecieron los incisos requeridos para privar en forma preventiva de la libertad a una persona, sin hacer lugar a la propuesta del defensor quien propuso reglas de conducta y cambio de domicilio a Venado Tuerto a la casa de una familiar.
“Me dio por muerta”
La víctima relató a la jueza lo que aconteció en la madrugada del 28 de julio pasado, donde ambos fueron a Melincué, luego de una discusión ella se fue y él también, pero en otro vehículo. Al llegar a Santa Isabel la esperaba en el acceso, pero ella ya sabía que la iba a castigar así que siguió hasta su casa y comenzó a trabar puertas y ventanas y encender las cámaras de seguridad. Así fue como vio que él intentaba ingresar por el frente y que luego se iba.
Sin embargo, a los pocos minutos sintió el estallido de la puerta del patio y la caída de los vidrios que NDC rompió de una patada, ella quiso huir por el frente, pero él la alcanzó y literalmente de los pelos la volvió ingresar a la vivienda, donde la atacó a puñetazos y patadas. En este punto cabe recordar que él es boxeador profesional, por lo tanto, sus golpes pueden ser letales.
La joven recibió golpes en la cabeza, costillas, brazos, todo el cuerpo, entre golpes e insultos le gritaba que la iba a matar. En un momento como se trataba de proteger poniéndose en posición fetal, le dio vuelta la cabeza y le mordió el labio dejándole un agujero, “ahora no te vas a poder pintar más” le dijo el agresor, ella sintió que con el dolor se le iban las fuerzas y se desmayó, “lo último que vi fueron sus zapatillas manchadas con mi sangre”, relató.
Cuando recuperó la conciencia estaba en el piso y como pudo se arrastró hasta un sillón, en la casa estaban las manchas de su sangre por todos lados. El mientras tanto dormía en el dormitorio de ella. Cuando se levantó la acusó de hacerse la víctima y le dijo que hasta que no se recuperara de las heridas en la cara no iba a salir. De hecho, estuvo más de una semana encerrada, sin atención médica, controlando el dolor con calmantes.
Mientras sus heridas sanaban se comunicó con su psicóloga, con quien solía mantener contacto por zoom y le relató el suceso. La profesional entonces entendió que su paciente estaba en peligro y fue hasta donde la madre y le dijo lo que estaba pasando. Hicieron la denuncia policial y el fiscal de turno ordenó la exclusión de hogar y prohibición de acercamiento.
Las mujeres pudieron ir a la casa acompañadas por la policía que fue a cumplimentar la orden. Cuando el imputado se enteró de que se tenía que ir comenzaron nuevamente los gritos e insultos. La policía trató de contenerlo y sacarlo, hasta que un momento cuando quiso volver a entrar donde estaban las mujeres, golpeó a uno de los efectivos, hasta que con colaboración del otro pudieron detenerlo y trasladarlo a la sede policial.
Violento
“Mi psicóloga me salvó la vida”, admitió la mujer, pero hubo actores que también se involucraron, como el médico de cabecera de la víctima, quien en su declaración manifestó que el hombre ya tenía antecedentes de violencia contra otras parejas y que los hematomas de su paciente eran muestra de haber recibido una paliza.
Al respecto, el dictamen de la forense fue que recibió lesiones graves y que posiblemente quede con la boca deformada por la terrible herida sufrida.
“Más allá de cautelar el proceso y la pena que le pudiera corresponder al imputado, lo importante es cuidar la vida de la víctima, queremos que llegue viva al juicio”, sostuvo la fiscal Vuletic, y en este punto contó con la coincidencia de la magistrada.
