(PR/Normamigueles) Cada 7 de agosto miles de fieles celebran el Día de San Cayetano, patrono de la paz, del pan y del trabajo cuyo origen de conmemoración se remonta a ese día de 1547 cuando murió en Nápoles a los 77 años.
En Venado Tuerto los feligreses se fueron acercando desde muy temprano, para adquirir las ya famosas rosquitas y pastelitos que fabrican desde muy de madrugada y a las que sumaron tortas y empanadas este año.
En tanto que la actividad espiritual comenzó con la primera misa a las 10:00, luego hubo otra a las 12:30, prosiguió a las 15:00 la misa central y a las 17:00 fue la última de este dìa.
Todas las actividades se realizan al aire libre, incluso el santo fue colocado en el exterior en un sector lateral, para que la gente pueda acercarse a ofrecer sus ofrendas, el agradecimiento o pedir algunos de los dones para mejorar su vida.
En tanto que en el patio lateral se emplazó el altar donde se ofrece la santa misa, con las prevenciones que obliga la pandemia.
Ines Carusillo colaboradora de la parroquia San Cayetano, ubicada en el barrio homónimo, indicó que la comunidad se reunió muy temprano a celebrar a su patrono al que consideró” un santo muy venerado por la grey católica y especialmente para nuestra comunidad que cada año nos preparamos para este día, recibiendo a la gente que peregrina y viene a nuestra casa a pedir al santo paz, pan y trabajo.
Por su parte Alejandra Chirino recordó que se les pide a las personas que se acercan que tomen las prevenciones y cuidado de la sanidad. La colaboradora señaló que precisamente por esta situación no hay procesión este año, en tanto que el santo permanecerá en el predio hasta las 19:00.
UNA VIDA DE SERVICIO
San Cayetano nació en Vicenza, Italia, en 1480. Estudió en la Universidad de Padua, distinguiéndose en la teología y doctorándose en derecho civil y canónico. Si bien creció en el seno de una familia de buen estatus económico, desde joven supo que su objetivo era ayudar y servir a los demás.
Cuando terminó la carrera fue nombrado protonotario apostólico en la corte del papa Julio II, en Roma. En la ciudad capital fue el creador de la asociación «Del amor divino», cuyo objetivo era enseñar a los socios a llevar una vida de ayuda a los demás, sobre todo hacia las personas enfermas y a todas aquellas que no se valían por sí mismas.
San Cayetano fue un convencido de que la Iglesia debía servir a los más pobres y que el clero debía tenía como objetivo renovar el espíritu y la labor misionera de los sacerdotes.
