En el valle de inundación y en el Delta del Paraná, en los Bajos Submeridionales, en el este, el oeste, el norte y el sur: Santa Fe sufrió durante el primer mes del nuevo año más de mil de focos de calor en diferentes puntos de su geografía, una situación potenciada por la persistencia de la bajante del río Paraná (que al menos hasta el otoño no volvería a sus valores normales) y por la presencia del fenómeno de la Niña, que por segundo verano consecutivo genera condiciones de sequía y de déficits de lluvias por fuera de los promedios históricos.
Según el último informe mensual del SEPA (herramientas satelitales para el seguimiento de la producción agropecuaria) que elabora el del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la provincia de Santa Fe padeció 1.311 incendios durante los primeros 31 días del año, ocupando el tercer lugar en el triste ranking de territorios más incendiados, después de Formosa y de Corrientes.
Esto significa, según las estimaciones de ese organismo oficial (que calcula una superficie potencial de un kilómetro cuadrado por foco), una extensión quemada en territorio santafesino de al menos 1.311 kilómetros cuadrados, equivalente a siete veces la superficie de la ciudad de Rosario.
El noreste en llamas
El INTA elabora cada mes un documento con estadísticas de focos de calor detectados por el sensor Modis ubicado a bordo de los satélites Aqua y Terra que tiene una resolución espacial de 100 hectáreas, con el objetivo de brindar información actualizada y relevante para la toma de decisiones en el sector agropecuario.
En ese trabajo el Instituto detalla que durante el mes de enero de 2022 se detectaron más de 8.000 focos en todo el país, con una superficie potencial de un kilómetro cuadrado cada uno. Formosa, Corrientes y Santa Fe, en ese orden, fueron las tres provincias que padecieron más focos “reuniendo más de 10% cada una y sumando un total del 74% del total de focos detectados en enero en Argentina”, según el mapa de incendios. Formosa fue el caso más extremo: con una acumulación de más de 3.500 focos, reunió más del 43% de los focos detectados en todo el país.
Anomalías históricas
Los expertos del INTA destacaron que, si se analizan las anomalías históricas basadas en datos de focos de calor acumulados cuya fuente es el sistema de la Nasa Firms, se observa que durante el año 2021 las provincias de Entre Ríos, La Rioja y Chubut presentaron mayor cantidad de focos de calor que el máximo histórico.
Por su parte, durante el mes de enero se registraron una gran cantidad de focos de calor sobre las provincias que componen la Mesopotamia, así como las del norte del país “registrándose valores por encima del promedio y al máximo de la serie histórica de información”.
Delta del Paraná
Después de dos años que quemas que ya destruyeron unas 800 mil hectáreas solo en la zona Piecas Delta del Paraná (que va desde la ciudad de Santa Fe al norte hasta Campana, en la provincia de Buenos Aires, en el sur), el nuevo año comenzó con récords negativos que auguran otro verano con números graves en relación a esta problemática socioambiental.
Según el último reporte semanal del museo de Ciencias Naturales Antonio Scasso de la ciudad de San Nicolás, durante el primer mes del año se registraron 2.454 focos de calor en la zona Piecas Delta del Paraná, que cubre porciones de las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. “Sólo en enero se detectaron más focos que en la mitad de los años de los cuales hay registros, desde 2012 en adelante”, detalla el trabajo.
Esto significa, según los cálculos de los especialistas de esa institución (que estiman que cada foco cubre aproximadamente una extensión de unas 14 hectáreas, o 0,14 kilómetros cuadrados), una superficie quemada en el primer tramo de 2022 de 357 kilómetros cuadrados.
Corrientes, en el ojo de la tormenta
Esta semana, la lupa estuvo puesta en los incendios en la provincia de Corrientes, que según el INTA ya arrasó con unas 335 mil hectáreas a pesar de la prohibición de prender fuego, una medida declamativa que, claramente, no impacta en nada en la realidad ya que hay escasos controles y aún menos sanciones para los responsables.
Como ya había ocurrido, por ejemplo, con Entre Ríos, las quemas generaron una polémica entre el ministerio de Ambienta a nivel nacional y el ejecutivo provincial, ya que ambos actores se acusaron mutuamente de “no hacer nada” y de no brindar los medios necesarios para combatir el fuego.
Según los datos difundidos desde la Estación Experimental del INTA Corrientes, “la evidencia satelital indica que aproximadamente el 3,8% de la superficie de la provincia de Corrientes sufrió quemas durante enero de 2022”.
De esa superficie total, el 58% de las coberturas afectadas por las quemas fueron áreas de humedales como esteros, bañados, malezales y vegetación de valles aluviales, el 35% pastizales y el resto (7,4%) son bosques, tanto cultivados como nativos.
Fuente: AireSantaFe
