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sábado 4 mayo 2024
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SENASA Venado Tuerto eleva atención a consumidores de carne por tuberculosis bovina

(PR/Rocío Guzmán) La tuberculosis bovina es una enfermedad bacteriana crónica que ataca principalmente a los pulmones, una de las más mortíferas del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, en el 2020 murieron 1,5 millones de personas por esta afección y se trata de la decimotercera causa de muerte.

Ante estos datos preocupantes, dialogamos con el médico veterinario del SENASA Daniel Horacio Gabbi, que explicó que es una «enfermedad transmitida por un agente Micobacterium tuberculoso» y que se transmite entre los animales principalmente por vía respiratoria, aunque también digestiva por el consumo de leche de animales infectados. «Es frecuente en la alimentación (láctea), es decir de la vaca al ternero, al amamantar. Considerando que lo consuma de una vaca enferma.» Aunque afecta principalmente al ganado bovino, puede impactar en otras especies, incluidos los animales silvestres y los humanos.


Esta zoonosis se transmite a las personas con mayor frecuencia por inhalación de bacterias en aerosol del tracto respiratorio, ingestión de leche o productos lácteos no pasteurizados e inoculación por instrumentos contaminados (como cuchillos). «Si bien el consumo de carne es una de las vías más comunes, también pude serlo el consumo de leche sin pasteurizar. El agente a los 80° C se desactiva, ya que es una bacteria», aseguró.

Cualquiera pensaría que Argentina, por su potencial como país proveedor de carne bovina de calidad, deberían motivarse y dinamizar las estrategias de control y erradicación de esta enfermedad, sin embargo «es una enfermedad que no está erradicada y por su propagación es difícil de poder hacerlo», manifiestó Gabbi. «Si bien la incidencia no es alta, se logra encontrar en animales en faena, principalmente en animales más longevos. Y con más incidencia aún en animales en encierro, como en los tambos por ejemplo.»


En este sentido, destacó que «con respecto a la faena doméstica para consumo propio, es una práctica que no está penalizada» pero para el fin comercial si está prohibido, «justamente por las enfermedades que puedan transmitir los animales al hombre. Lo ideal es que la faena doméstica fuera controlada por un profesional, pero es un tema complejo porque ninguno va a certificar esa práctica por las medidas sanitarias (higiene) por ejemplo. Y desde lo económico es difícil poder cubrir esta demanda.»

En cuánto a la detección de esta enfermedad en animales, expresó que por lo general «se la asocia con un estado corporal desmejorado, pero no siempre está relacionado. He visto animales en condiciones corporales perfectas y en su interior con lesiones (fotos) en su pared costal o lesiones hepaticas (hígado).»


Los síntomas más usuales de la tuberculosis pueden incluir: tos persistente (a veces con eliminación de sangre), dolor en el tórax, debilidad o cansancio, pérdida de peso, falta de apetito, fiebre, escalofríos y sudoración nocturna.

Es importante resaltar que pese a ser la decimotercera causa más usual en el mundo, la tuberculosis es una enfermedad que se puede tratar y curar. La tuberculosis es sensible a los antibióticos y se trata con una combinación estándar de cuatro medicamentos. La misma se administra al paciente durante seis meses. Desde el 2000 se han salvado 66 millones de vidas gracias al diagnóstico y el tratamiento de la tuberculosis, según estimaciones de la OMS.

PREVENCIÓN
La vacuna BCG se aplica para proteger de las formas graves de tuberculosis en los niños. En Argentina, la misma forma parte del calendario de vacunación, por lo que está garantizada de forma gratuita para toda la población. Es una vacuna de una sola dosis, que se le da a los recién nacidos. Luego de la aplicación es bastante frecuente que se forme una pequeña elevación de la piel (nódulo) y deje una cicatriz en el sitio de aplicación, se informa desde el Gobierno Nacional.

El control de esta grave enfermedad requiere del compromiso y la participación de todos los actores de la cadena de valor de leche y carne bovina. Se recomienda a los productores ganaderos testear periódicamente sus rodeos y eliminar eventuales animales positivos, y no esperar a que su establecimiento sea identificado por el Senasa como sospechoso o con presencia de tuberculosis bovina, ya que esto puede acarrear eventuales restricciones de movimientos y comercialización de su hacienda.

La lucha contra la tuberculosis bovina es un problema de todos. Si cada actor de esta cadena productiva asume sus obligaciones, conseguiremos controlarla e ingresar a una etapa de erradicación que nos permita proteger a la población y posicionar a nuestro país aún mejor en el mercado internacional de carne y productos lácteos.

Aclaración: Las fotos de la tuberculosis identificada en una vaca son reales. Fueron proporcionadas por profesionales del SENASA.

 

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