El fallo judicial que retrotrae el tarifazo y exime del pago de las boletas que llegaron con recargo fue un alivio para los consumidores. La situación, sin embargo, no se resuelve. Además de la incertidumbre sobre el futuro de la resolución, está la realidad que atraviesan las cooperativas, núcleos vertebrales en la distribución de energía en el interior provincial. La eximición de pago de las boletas implica dejar de percibir los ingresos que permiten el sostenimiento de las actividades y, fundamentalmente, el pago de salarios de los trabajadores.
“Este gobierno, desde que asumió, tomó medidas mucho más graves para lo que se refiere a transferencia desde los sectores necesitados, clase media y obreros, hacia los monopolios, sobretodo los exportadores. Eso lo pudo hacer bien, pero ahora con las tarifas se manejaron también a nivel empresarial, sin tener en cuenta los ingresos de la gente”, Carlos Minetti, presidente de Fescoe, la entidad que agrupa a las cooperativas.
En 2015, por primera vez, las paritarias cerraron en un porcentaje inferior al de la inflación. Esa tendencia se acrecentó drásticamente. La mayoría de los acuerdos paritarios quedó con un retraso de, al menos, un 20% respecto a la escalada de precios. Esa circunstancia impacta de lleno en las cooperativas. La buena noticia para los consumidores, se traduce en una complicación para el sostenimiento de las entidades.
“Esto es bueno para los consumidores, pero a nosotros nos coloca en una situación dificilísima. Tanto para las que pertenecen al sindicato de Venado como al de Rufino, a partir de septiembre se paga la cuota de paritaria que es el 13% más. Cómo hacen las cooperativas para asumir ese compromiso con una tarifa a enero de este año. Me parece que acá tenemos que aunar esfuerzos y tenemos que hacer una especie de pacto entre las cooperativas y los trabajadores. Hoy no hay tarifa ni de gas ni de luz, y ese es un problema que afecta a todo el país”, agrega Minetti.
En ese escenario, se vuelve complicado calcular los costos y cerrar los números operativos. La viabilidad de las empresas se puso en riesgo y son varias las que entraron en una espiral que termina en la quiebra, el cese de actividades y los despidos. Las cooperativas, la parte más débil de la cadena de compras y distribución de energía que incluye a la EPE y a Camesa, son uno de los actores que mayores dificultades atraviesan: “Aranguren y el presidente Macri, que son los principales responsables, no pueden responder cuándo se va a solucionar esto. Cómo máximo nosotros podemos tironearla y arreglarla durante 60 días. Después va a ser muy complicado. La situación de las cooperativas es mucho más grave que la de la EPE. Detrás de las cooperativas no está el Estado”.
La emergencia golpea como en todos los frentes de la economía, afectando principalmente a esos eslabones que cuentan con menos recursos y disponibilidades financieras para surcar los periodos de crisis. El plan es de concentración, donde prevalecen solamente los más grandes y eficientes. “Nadie puede dar una respuesta, es todo incertidumbre. Yo vengo diciendo desde antes que pase esto de la luz. Una pyme que produce un producto en el que tiene una incidencia muy grande el gas y la luz. Cómo hacen ahora, qué valor le ponen. Tienen que producir hasta que le de el cuero, porque no va a vender. Entonces paralizó el país estas medidas que tomaron”, cierra Minetti.
