Finalmente se terminó de conformar la cooperativa de recicladores urbanos de Venado Tuerto que agrupa a los trabajadores del basural. La formalización es el colofón de un largo proceso de intercambios y negociaciones entre las familias de trabajadores, que se encuentran con un alto nivel de precarización, y las autoridades municipales. Esta nueva etapa permitirá el reconocimiento de derechos y el amparo institucional a una actividad que se desarrolla en la zona menos atractiva de la ciudad. Por debajo del drama medioambiental del basural, está el drama social de los trabajadores: son entre 40 y 70 familias que todos los días van a trabajar en las 17 hectáreas con basura acumulada de más de 50 años.
“Ante el inminente cierre del basural, la idea era incorporar a las personas que se ganan su mango a través del reciclaje. Como ciudad tenemos que estar orgullosos, es una gran noticia. Esto les da una representación a gente que no la tenía, eran individuos separados. Una vez que se conforme la cooperativa finalmente, podrá poner un CUIT y brindar servicios”, dice Martín Bonadeo, director de Medio Ambiente.
El funcionamiento del Concejo Medioambiental, que sirvió para desactivar algunos conflictos con grupos de activistas vinculados a espacios políticos opositores, cayó en una nueva meseta y aparenta volver a producirse una ruptura en las relaciones que se habían logrado mantener. Al respecto, Bonadeo, uno de los artífices de las relaciones en buenos términos, comenta: “nosotros teníamos un temario y lo agotamos. No daba para una charla tras otra charla. Los muchachos no están para construir, no tienen por qué sumarse a un proceso de crecimiento y de traslado del basural real. Ellos tienen una actitud crítica y denuncian, es la función del grupo. Como un concejal de la oposición, se dedican a criticar los procesos de los otros. Cuando le das un espacio de dialogo empieza a tener más limitaciones”.
El proceso de traslado del basural aún no encuentra un curso favorable. Bonadeo explica que todavía se necesita la una legislación sobre separación de residuos en origen, que está hace cuatro meses en el Concejo, y la aprobación del relleno sanitario por parte de la Provincia. El permiso medioambiental no se pudo conseguir y eso retrasa las acciones.
