(PR) Lo cierto es que hoy y, desde hace algunos años, cada vez menos gente toma taxis. La razones son varias, si miramos hacia atrás la pandemia golpeó al sector que dejó a muchos en el camino por la falta de pasajeros en el contexto de cuarentena estricta por tanto tiempo.
Pero después, lejos de lo esperado, el escenario prepandemia nunca regresó por completo. A la vista de que el trabajo remoto o home office cerraba en muchos aspectos, numerosas empresas lo mantuvieron. Tampoco la situación económica general fue de gran ayuda: tomar un taxi, para muchos, se volvió un lujo.
La inflación y los constantes aumentos del combustible tocan indefectiblemente a los taxis: “los aumentos deben llegar”, exclaman desde el sector. Aunque esto signifique arriesgarse a tener menos clientes.
Para conocer la realidad de los taxistas, Pueblo Regional entrevistó a Jorge For, que hace 40 años que se dedica al rubro. “La gente busca otro transporte, la bicicleta, la moto o alguna otra alternativa. Hoy llevamos más que nada a gente jubilada que a su vez también cuida la cantidad de veces que viaja”.
“Nosotros la remamos, como todo el mundo tenemos cuentas que pagar, no se puede ahorrar. Vemos que han bajado los precios de algunos productos en los supermercados pero no vemos la salida. Estamos tocando fondo”, reclamó For.
El taxista clamó que “hay mañana que sólo hacemos dos viajes. Nunca, jamás en la historia pasó eso. Esos viajes no nos alcanzan ni para el mantenimiento del vehículo, el combustible y ni llega a comprar un kilo de carne, es así, uno se ríe pero es cierto”.
El tachero señaló que lamentablemente, muchas reparaciones de los vehículos deben ser hechas por ellos mismos. “Un cambio de aceite y filtros cuesta entre 9 mil y 10 mil pesos. Yo el otro día cambié una manguera del radiador que se habían pinchado, la compré, la coloqué, compré el líquido de refrigerante, el agua destilada, dos bridas y la manguera, gasté 30 mil y la mano de obra le hice yo.Obviamente el mecánico también tiene que vivir pero con los viajes que estamos teniendo no podemos empatar siquiera el precio”, manifestó.
En los taxis venadenses la bajada de bandera cuesta 650 pesos y 65 pesos la cuadra. “Tenemos que aumentar, no queda otra. Es mucho, no sé hasta cuándo se podrá aguantar esta situación, creo que vamos a quedar varios en el camino, porque la situación no da para mucho más, no tenemos salida acá. Yo hace 40 años que laburo en el taxi, ¿a dónde querés que vaya a trabajar con 65 años? No voy a conseguir trabajo en ningún lado porque toman a tipos jóvenes”, se lamentó y cerró: “Nosotros esperamos la jubilación, pero tampoco con la jubilación se puede hacer mucho. Nuestro futuro es incierto”.
