(PR/Norma Migueles) En los últimos días, a través de sus redes sociales, el intendente Leonel Chiarella anunció el despido de ocho trabajadores municipales. En esa oportunidad, el mandatario tituló su posteo como «No hay lugar para vagos ni para los delincuentes». A continuación, justificó la decisión al argumentar que la cesantía de los empleados fue por «incumplimientos graves, faltas injustificadas y tentativas de hurto».
En ese contexto, el titular de la Asociación de Trabajadores Municipales (ATM), Juan Arigoni, indicó que ese comentario «generalizado» ha causado malestar en el gremio. Incluso, señaló que fue consultado por las autoridades de la Festram, quienes mostraron su preocupación por los despidos.
«Nos molesta la generalización, porque son muchos los trabajadores municipales y luego en el comentario popular se dice que ‘son todos ladrones o vagos’. Creo que el intendente le erró, en una ciudad tan grande como Venado Tuerto hay cosas más importantes para hacerlas públicas en vez de hacer parecer como un gran anuncio el despido de empleador”, reflexionó.
Luego, sostuvo que «los cesanteados son personas que se han equivocado como cualquiera». «En cuanto a quien tiene un problema de tipo policial, el gremio lo asiste con un abogado, pero no siempre el trabajador viene al sindicato y prefiere solucionar su problema en forma particular», aclaró. Igualmente, añadió que «los casos mencionados datan de años anteriores».
«Varios de los empleados tenían muchas faltas injustificadas o dejaron de asistir directamente, quedando exonerados. Conocemos un solo caso de un joven que admitió que cometió un delito en su vida privada y otro que reconoció que hurtaba propiedad municipal y quedó expuesto al público con fotos y videos como si fuera la ‘Coca Cola’ de la ciudad. Por esta exposición, la ciudad generaliza y juzga con la misma vara a todos los trabajadores», lamentó Arigoni.
Posteriormente, manifestó: «Creo que hay cosas mas importantes para analizar y ver cómo podemos salir adelante y evitar conflictos. Hoy, los trabajadores cobran un sueldo miserable y hacen lo que pueden con lo que tienen, incluso algunos no saben si van a tener para comer al mediodía». «No son recompensados por su labor que, en algunos momentos como en la pandemia, fue esencial. Por el contrario, generalizando con ese comentario, se desmoralizan», amplió.
De todas formas, Arigoni reconoció: «Sabemos que hay malos empleados, como también hay dirigentes, sindicalistas o empresarios corruptos y ladrones, pero hay que ser cuidadoso y no generalizar, porque crea enojo en el trabajador que sufre los ajustes, el achique de sus derechos y sueldos achatados». «Por eso, a quien se acerca al gremio le ofrecemos los servicios del abogado para que lo asesore y defienda, pero al que delinque no lo defendemos”, aseguró.
Por último, el gremialista aclaró que «hay situaciones de empleados que se tramitan en el ámbito judicial y que no hay despidos sin sumario previo, exceptuando aquellos que faltan muchos días sin justificar y quedan cesantes en forma automática».
