(PR/Norma Migueles) En este derrotero de consumismo y adicciones, en los últimos tiempos se advierte el aumento del consumo de cigarrillos electrónicos en el país -especialmente en jóvenes- a pesar de estar prohibida su comercialización, distribución y publicidad en todo el territorio nacional desde el año 2011 por disposición de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT), disposición que luego fue ratificada en 2016.
Al respecto, la concejal Verónica Ruiz presentó, en la sesión del Concejo Municipal de este miércoles, un proyecto de Resolución solicitando a la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) «el diseño, desarrollo e implementación de una campaña nacional de concientización sobre los riesgos del uso del cigarrillo electrónico, especialmente dirigida a preadolescentes, adolescentes y jóvenes, evitando el inicio en su consumo, con difusión en instituciones educativas, medios de comunicación, redes sociales y espacios de alta circulación juvenil».
La edil advirtió que «los cigarrillos electrónicos se presentan como productos ‘supuestamente’ inocuos e incluso como una estrategia terapéutica para dejar de fumar, pero las evidencias científicas actuales son insuficientes para avalar tales afirmaciones».
Posteriormente, agregó que «los componentes químicos utilizados, tales como propilenglicol, glicerina y aromatizantes -aunque permitidos para uso alimentario- no han sido aprobados para su inhalación repetida y algunos de ellos pueden contener sustancias tóxicas o cancerígenas como dietilenglicol o nitrosaminas».
Estadísticas
La concejal Ruiz explicó a sus pares que un estudio epidemiológico de Sedronar arrojó que el 4,5 por ciento de la población encuestada probó el cigarrillo electrónico alguna vez en la vida, con mayor prevalencia entre jóvenes de 18 a 24 años, y que el 39,8 por ciento de los usuarios lo utilizan «simplemente porque sí». En tanto, los adolescentes suelen compartir el vapeo con pares para sentirse parte de un grupo o como estrategia para calmar la ansiedad y el 47 por ciento de ellos estarían dispuestos a probarlo si se les presenta la oportunidad.
En otro tramo, indicó que «este grupo etario que vapea puede volverse adicto, incluso antes que aquellos que fuman cigarrillos, ya que las soluciones pueden contener concentraciones mayores de nicotina». Además, tienen «mayor probabilidad de iniciarse en el consumo de cigarrillos tradicionales o bien iniciarse en el consumo de otras sustancias», completó.



