Cuando Silvio Garbolino asuma en la Comuna de Melincué en reemplazo de Andrés Sacchetto, se dará un hecho muy poco usual en las trayectorias políticas de las localidades santafesinas: un secretario de Cultura llegando al cargo máximo de la gestión. Lo poco habitual de esta situación se relaciona con el rol protagónico que Sacchetto le asignó al desarrollo educativo y cultural, y al carácter destacado de la gestión que encabezó Garbolino, logrando llevar adelante una serie de políticas públicas enmarcadas en una planificación estratégica clara y precisa que resultó sumamente exitosa.
Durante su gestión, se grabaron cuatro discos y se está trabajando en tres producciones nuevas; alrededor de 60 chicos asisten todos los fines de semana a las proyecciones de cine; y hay más de 180 participantes, entre jóvenes y adultos, en los 11 talleres que se dictan en la Casa de la Cultura. De esta forma, la cultura funcionó de modo jerarquizado, con una orientación definida en la construcción de ciudadanía, en el desarrollo y la inclusión.
La concepción de la cultura que se desplegó en los últimos años tuvo como propósito romper las inercias tradicionales de las carteras culturales de los pueblos de la región, y hacer de la actividad cultural no solo un fin recreativo o de esparcimiento, sino impulsarla como una potenciación de la identidad local y un atractivo turístico. La Comuna de Melincué, durante la gestión Sacchetto desplegó una gran cantidad de actividades sociales, deportivas, institucionales y culturales, que permitieron convertir a la localidad en un ‘mojón cultural’ de referencia a nivel regional y provincial.
