“Más pibes como estos necesita nuestra patria” recitó el popular payador Nicolás Membriani al mandarle su saludo a los mellis Convers, dos pequeños que se ganaron el corazón de todos.
Ciro Matías y Juan Ignacio tienen 7 años, su papá, Ignacio Convers, es el encargado de la estancia La Calma (Aaron Castellanos). Allí viven desde sus primeros días de vida junto a su mamá Celia y su hermana mayor Sol.
Una vida en el campo, aprendiendo cada una de las tareas a realizar de la mano de otras familias que viven en el lugar y compartiendo de los hábitos. Estos pequeños nunca pasan desapercibidos con sus andanzas, aun conservando la inocencia y picardía propia de su edad pero siendo conocedores de sus orígenes, sus raíces, las costumbres de su país y sus paisanos. “Nos levantamos temprano y vamos al pueblo a caballo. Vamos a la manga y también a la yerra.” Comentan al mismo tiempo que agregan un dato fundamental: sus caballos “tenemos un zaino que lo estamos domando, una tobiana y un alason que se llama Messi y está con nosotros desde los tres años.”
Escucharlos contar al unísono, con alegría y emoción cada una de sus aventuras es sin dudas un placer. ¿Su tarea favorita? “pechar las vacas”. Sueñan con ser veterinarios los dos, compartieron todo en su vida ¿por qué no la profesión también? Ah no, uno se acuerda que también le gustaría ser domador y por si fuera poco cantor también.
Ese es otro de los talentos que lucen estos pequeños muchachos porque las payadas nunca pueden faltar “se aprendieron los versos de memoria durante el trayecto en el que su papá los llevaba a la escuela en Amenábar” cuenta Celia. Con mucha seguridad y bien confiados de cada una de las palabras que pronuncian se vuelven el centro de la atención en cada encuentro recitando estrofas ante el orgullo de los suyos.
Como una forma de poner en valor también las costumbres gauchas, la familia refleja también en su cuenta de IG (losmellisConvers) postales de su cotidianeidad recibiendo cientos de elogios y mensajes positivos.
“Tenemos la familia que siempre soñamos” comenta Celia. “tanto mi marido como yo nos criamos en el campo y queríamos lo mismo para nuestros hijos. Si bien a veces es difícil porque hay obligaciones que cumplir en el pueblo, disfrutamos de cada momento en el que estamos juntos en la estancia.”
La tradición corre por sus venas, es su estilo de vida. Humildad, sencillez y el respeto es lo más importante y los valores sobre los que construyen cada día esta familia en paralelo a un mundo que parece ir contra corriente.
