(PR- Franco Santinelli) Jerónimo tiene 14 años, vive con su mamá y sus dos hermanas. Hace 3 años, en el hospital Vilela de la ciudad de Rosario, le diagnosticaron un tumor hepático. Gracias a Dios, Jero no necesito ni quimios ni rayos. Este tumor fue extirpado totalmente después de dos meses de estar internado, pero luego de la intervención, el tiempo que tarda el hígado en regenerarse y volver a producir enzimas complicó otros órganos.
Jerónimo era un chico muy activo, que practicaba varios deportes. En su momento, cuando le diagnosticaron el tumor, practicaba fútbol, básquet, hockey, pádel. Tenía la vida de cualquier niño de barrio, curioso y movedizo. Hoy, tuvo que dejar varias de sus actividades, porque el dolor que por momentos lo arremete, solo le permite quedarse en cama.
Después de dos años de lucha constante, Roxana, madre de Jerónimo, fue consultando a distintos hepatólogos que nunca dieron con un resultado concreto. Hasta que el año pasado, en la clínica Reina Fabiola (provincia de Córdoba), le diagnosticaron una gastropatía erosiva (el estómago desarrolla erosiones, úlceras y sangrado). “Jerónimo siente que tiene un volcán adentro del estómago, el cual no tiene cura. Tiene que seguir un tratamiento con comprimidos por boca, que son muy caros. Actualmente se encuentra en su décimo segundo tratamiento”, nos introduce su mamá.
Roxana vive sola con sus tres hijos. Tiene un amplio currículum laboral, es masajista, hace limpieza en casas, cuida personas por la noche. También fue remisera, moza, promotora, tuvo un lavadero de autos, trabajó en supermercados. “Lo que va saliendo lo voy agarrando, pero tengo que tomar trabajos temporarios, no puedo tener un trabajo fijo. El hecho de que Jerónimo presente esta patología no me lo permite. Yo tengo estar pendiente de mi hijo”, comenta. También tiene hecha la carrera de artes visuales, hasta tercer año. Estudios que no ha podido terminar por la falta de recursos económicos. “Mi prioridad es atender a Jerónimo, esto es así”. Comenta Roxana, como si el amor de una madre necesitara algún tipo de explicación.
Jerónimo realiza consultas en la clínica Reina Fabiola, cada dos o tres meses, dependiendo de su estado de salud. Hace 15 días volvieron a viajar, y en esta última visita se le realizó un test de aire. Se llama así al estudio para detectar el Helicobacter pylori, una bacteria que se encuentra en el estómago de todas las personas, pero en el caso de Jero su presencia puede ser muy perjudicial, debido a que su aparato digestivo no es del todo fuerte como para soportarlo. “El médico que nos atendió nos dijo que no nos bajoniemos, porque seguramente el resultado va a ser lo que estamos esperando, igualmente hay que sacar este bichito si o si. Así que el test hay que hacerlo muchas veces más”, nos informa Roxana. Este examen tiene un costo de $14000 y tienen que transferir ese dinero al banco, es por eso que Jerónimo necesita nuestra ayuda.
“Estamos tratando de recaudar ese dinero para poder pagar los estudios médicos, poder enviarle el dinero al doctor y saber en que momento tenemos que volver a viajar. O saber que va a pasar, saber que pasos hay que seguir”, con mucha incertidumbre manifiesta la madre de Jerónimo. En todo momento Roxana agradece muchísimo a las personas que ayudaron o que ofrecen su ayuda y consultan por el estado de su hijo; en el club, en el barrio, y en toda la ciudad.
Regularmente sigue practicando fútbol y pádel. “Hoy por hoy Jero no puede dejar la actividad física, es su cable a tierra.”, comenta Roxana. “Por ahora le quedaron esos dos deportes. Pero siempre está con ganas de agarrar y seguir practicando muchos deportes más”. Jerónimo tiene la fortaleza y la esperanza que todos los chicos tienen, una energía vivaz que vence (por momentos) cualquier tipo de dolor.
