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Acto en el Día del Periodista: «No es una efeméride corporativa, es un llamado a defender la labor de los trabajadores de prensa»

(PR/Gustavo Brianza y Santiago Córdoba) Este sábado, en el marco de la celebración por el Día del Periodista, que se conmemora cada 7 de junio, se realizó el acto oficial organizado por la Asociación Regional de Trabajadores de Prensa (Artrap), en la Escuela Nº 496 «Mariano Moreno», de Venado Tuerto.

La ceremonia comenzó con la ofrenda floral que depositaron el intendente Leonel Chiarella y el presidente de Artrap, Mauro Camillato, al pie del busto que recuerda a Mariano Moreno, creador de La Gazeta de Buenos Ayres, órgano de difusión de la Revolución de Mayo que apareció el 7 de junio de 1810.

Al momento de las palabras alusivas, se hizo un repaso por la historia que comenzó en 1810 por el nacimiento del primer diario patrio, creado por Mariano Moreno, «un visionario de su tiempo, que impulsó su creación con una convicción inquebrantable: ‘El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes'».

«Esta frase, que resonó en cada edición de La Gazeta, no era sólo un lema; era una declaración de un principio revolucionario, la piedra fundacional de la libertad de expresión en nuestra tierra. Moreno y sus compañeros, imbuidos de las ideas de la Revolución Francesa, entendieron que la ilustración y la difusión de los derechos eran el camino para desterrar la tiranía. Ya en aquel momento, tenían la firme convicción de que el periodismo era una herramienta fundamental para el controlar de las incipientes repúblicas», continúa el discurso de apertura.

Haciendo un salto en el tiempo, el texto añade: «Más de 200 años después, otra vez parece necesario recordar la importancia del periodismo y fundamentalmente de la libertad de expresión. Por eso hoy celebramos, aunque con más preocupación que júbilo, el Día del Periodista. En este 2025 convulsionado, ejercer el periodismo no solo se ha vuelto más difícil: se volvió más riesgoso».

Dentro del preocupante contexto actual, prosigue: «La tensión entre el poder político y el periodismo no es nueva. Sin embargo, la escalada actual en Argentina, marcada por la instigación al ‘odio’ y la deslegitimación sistemática, representa un peligro para la salud de la democracia. Está claro: este no es el primer gobierno elegido democráticamente que sueña con “un país sin periodistas». Pero ninguno había llegado tan lejos. De hecho, Artrap surgió a fines de los 90 en otra complicada época para nosotros. Fue en el marco de los constantes ataques del gobierno de Carlos Menem y en el contexto del lamentable crimen del fotoperiodista José Luis Cabezas cuando decidimos juntarnos. Vale recordar que Cabezas fue asesinado por el encargo de un poderoso empresario que se sintió intimidado por una foto. Vaya si vale el paralelismo con el presente. El último 12 de marzo, otro fotoperiodista, en este caso Pablo Grillo recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza, disparado por un agente policial durante una protesta en defensa de los jubilados frente al Congreso. Grillo salvó su vida por poco: recién en los primeros días de esta semana fue dado de alta en el nosocomio en el que permanecía internado. Por supuesto, este no fue el único ataque sufrido por un trabajador de prensa en el presente año, pero sí el más significativo».

Reflexionando más aún sobre este presente que viven los periodistas en el país, recalca que «a esta violencia directa se le suma otra tan o más preocupante: la violencia simbólica ejercida desde la máxima autoridad del país. El presidente Javier Milei nos llama ‘la basura más inmunda’, ‘llorones’, ‘ensobrados’, ‘depravados’, ‘mandriles’, ‘mentirosos patológicos’. Y no lo hace como un exabrupto ocasional, sino como parte de una estrategia sistemática para deslegitimar el periodismo. El hostigamiento no termina en los pasillos del poder. Se traslada a las redes sociales, donde operan las milicias digitales del oficialismo: ejércitos de cuentas falsas dedicadas a atacar a periodistas, dirigentes y medios que no se alinean con el relato del gobierno. El patrón se repite: acusaciones sin pruebas, insultos automatizados, intento de ‘disciplinamiento?. Una violencia digital que busca lo mismo que la censura tradicional: silenciar. Esta ofensiva no es aislada ni improvisada. Como bien define Giuliano da Empoli, detrás de estas campañas se esconden “ingenieros del caos”: estrategas que entienden que una fake news, un tuit distorsionado, o una teoría conspirativa tienen más impacto que cualquier dato verificado. En ese sentido, no estamos discutiendo solamente libertad de expresión. Estamos discutiendo el núcleo mismo de la democracia. Porque, como dijimos muchas veces, sin periodismo no hay democracia. La preocupación internacional por la libertad de expresión en nuestro país ya no es un secreto. Organismos como la OEA y numerosos países democráticos han expresado su inquietud ante lo que la Relatoría Especial calificó como ‘un deterioro acelerado del ambiente para el ejercicio de la libertad de expresión en la Argentina'».

«Y si el periodismo aún sobrevive es porque hay personas -con salarios que apenas alcanzan, con medios precarizados o directamente con monotributo- que siguen buscando la verdad, preguntando lo que incomoda, escribiendo lo que otros quieren ocultar. Periodistas que, en las redacciones, en las radios, en portales digitales, en medios alternativos o en sus propias redes sociales, siguen haciendo lo que este oficio exige: mirar con ojos críticos, hablar con fuentes diversas, investigar con rigor, resistir con honestidad.
Y no estamos solos. El miércoles pasado, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) presentó un estudio que demuestra que la sociedad sigue valorando el periodismo: el 61,9 por ciento de los argentinos se informa por medios masivos -canales de noticias, noticieros de TV abierta, diarios y radios-, mientras que solo el 28,6 por ciento lo hace principalmente por redes sociales. Y aun dentro de esas redes, la mayoría prioriza las cuentas de medios tradicionales (40,7 por ciento) y las de periodistas (25,1 por ciento), muy por encima de influencers o políticos. Como lo resumió Adepa: el periodismo sigue siendo un valor fundamental en la sociedad, al visibilizar problemas y ponerlos en la agenda. En síntesis, a pesar que las redes sociales llegaron para erosionar significativamente el monopolio informativo de la prensa tradicional, el periodismo sigue siendo la herramienta fundamental para la construcción del sentido», sostiene.

Por eso, hoy más que nunca, el Día del Periodista no es una efeméride corporativa. Es un llamado a defender el trabajo de los trabajadores de prensa, que, en definitiva, significa defender el derecho de toda la ciudadanía a estar informada, a pensar libremente. La libertad de prensa no es una causa solo de los periodistas: es una causa de toda la sociedad.

«Desde Artrap, en el extremo sur santafesino, lo decimos con firmeza: vamos a seguir defendiendo nuestro trabajo y convocamos a nuestras autoridades locales, muchas de ellas hoy presente, a no sumarse al clima de hostilidad hacia la prensa que impulsa el gobierno nacional. Les pedimos, en cambio, que se comprometan activamente con la defensa irrestricta de la libertad de expresión, reconociendo que un periodismo crítico no solo es necesario, sino fundamental para la salud de nuestra democracia. Incluso cuando eso implique convivir con informaciones o críticas que les resulten incómodas», solicitaron en el discurso los trabajadores de prensa en la ciudad.

Al momento de los homenajes, se recordó a Vicente José «Coqui» Del Vaso y Javier Barzolalos, trabajadores de prensa que, lamentablemente, fallecieron en el último año.

Además, se reconoció al periodista Gustavo Brandoni, con más de 30 años de trayectoria en los medios de comunicación, quien tras recibir su presente agradeció a sus colegas por la distinción y a su familia por haber estado siempre acompañándolo más allá de los compromisos laborales que muchas veces suelen en horarios que van a contramano de la lógica familiar.

«Me sorprendió muy gratamente y siento mucha satisfacción por lo que uno hace y ha hecho. Sinceramente, no lo esperaba», afirmó Brandoni.

Luego, dejó un mensaje para aquellos jóvenes que desean ser profesionales del periodismo o están dando sus primeros pasos en la carrera: «Es una profesión muy inestable en el mundo laboral, con muchas complicaciones, pero a su vez es una profesión que me ha llevado a recorrer distintos lugares, es tan linda, emocionante y convocante».

«Por eso sigan, sigan para adelante porque más allá de todas las dificultades, que incluso ustedes ven todos en los días o todos los periodistas manifiestan, tengan en cuenta que es un hecho sublime estar delante de un micrófono, escribiendo algunas líneas, armando también alguna web, que está tan de moda, pero también es hacer periodismo», aseguró.

Para finalizar, alentó: «Háganlo, porque probablemente con el tiempo van a tener su reconocimiento, primero en lo personal y tal vez, después, como me ha sucedido hoy a mí, tener el reconocimiento del otro, de tus pares».

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