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Cierra sus puertas la única disquería que quedaba en Venado

En el corazón comercial de Venado Tuerto hay un cartel que recorta la vereda de la calle Belgrano y se mete en lo más profundo de la historia reciente de la cultura vernácula. «Liquidación total por cierre», dice en el pizarrón ubicado frente a la última disquería que queda en la ciudad y probablemente de la región. Musicomanía cierra sus puertas. La piqueta de la «civilización» arrasó con ese emblemático lugar y la crisis económica contribuyó en gran parte para que eso sucediera.

Musicomanía fue un disquería que en las últimas décadas fue el lugar elegido para que los amantes de la música se nutrieran de productos discográficos. Por allí desfiló el vinilo, luego el casete y finalmente los discos compactos; algo que para las generaciones actuales parece algo extraído del cofre de los recuerdos. Resistió como puedo los embates de la modernidad hasta que dijo basta. «No va más», le espetó el croupier del sistema que todo lo devora, lo arroja al olvido.

En el corazón de la calle Belgrano y Alvear, el punto más importante de la zona comercial de la Esmeralda del Sur, se había erigido (décadas atrás) la disquería más famosa; Musicomanía. El dueño, oriundo de la ciudad de Firmat, poseía una en esa localidad y la otra en Venado Tuerto. Finalmente optó por quedarse en Venado Tuerto desde hace decenas de años.

Una de las principales causas del cierre está vinculado a la casi desaparición del disco compacto. «Hoy es muy raro que alguien quiera comprar un compacto o un casete. De hecho yo fui durante varios años un asiduo cliente de esta disquería pero con las nuevas tecnologías es fácil acceder a música sin tener necesidad de venir a comprar», relató Mauro.

El propietario, Eduardo Belolo, prefirió no hacer declaraciones públicas aunque sí charló amistosamente con este cronista y pidió algunos días para dar una nota. Quizás no entendió lo que representa para la historia de la ciudad su entrañable local comercial por eso optó por la cautela. Al fin al cabo con él también se va una parte de su rica historia comercial con este triste cierre.

Fueron archiconocidas las ofertas de Musicomanía en épocas de fiestas, sobre todo Navidad y año nuevo, que concitaban la atención de los clientes de toda la región. «En esos festejos era común ver el local repleto de gente y otras esperando en la vereda para entrar. Eran otras épocas», rememora un viejo cliente que hace año peina canas.

Rock Venado

Juan Miserere es un periodista de la ciudad que entre otras cosas tiene un programa en la radio Pública denominado Rock Venado. En su nota en el portal Venado24 explica lo que representó para su programa, y para él mismo, la liquidación por cierre de Musicomanía. «Los que fuimos adolescentes en los ?90 convivimos con los formatos de CD y casete. En promedio, un disco salía 20 pesos, en tiempos en los que a veces un sueldo era de 300. Los módicos ahorros que pudiera lograr uno servían para hacerse una escapada a la disquería en busca de nueva música. La meca era calle Belgrano, donde llegaron a convivir Musicomanía, Madaba y La Disquería. Después hubo otra por avenida Casey».

En tono nostalgioso, reseñó que «hoy, que el MP3 sin graves y con sonido latoso le ganó al buen gusto (y uno mismo terminó cediendo) la música se escucha on line, por bluetooth o indecentemente por YouTube. Ya no hay librito que acompañe al nuevo LP ni créditos de la grabación ni —prácticamente— equipos donde poner un CD».

Fuente: La Capital/Carlos Barbarich

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