Hace algo más de un mes, vecinos del barrio San José Obrero realizaron una denuncia en la Fiscalía sobre algunos sucesos extraños que se estarían dando en una vivienda en la que vivían un hombre y una mujer, quienes serían hermanos, y de donde se solían escuchar gritos de la mujer. La denuncia ingresó a la Fiscalía por un aparente abuso sexual, pero luego de unos días la fiscal entendió que no había configuración de delito alguno y el trámite pasó a Acción Social municipal para que se realizara una intervención social. Según explicó la directora de Planificación Social y Territorial, Alejandra Filippetti, el primer obstáculo que hallaron las trabajadoras sociales es que nunca pudieron hablar con alguna de las personas que viven en la casa, ni se les franqueó la entrada, por lo que optaron por realizar entrevistas con los vecinos, y tras recabar la información que les permitió elaborar un diagnóstico, se elevó nuevamente a la Fiscalía. A partir de allí no hubo más novedades, pero los vecinos siguieron insistiendo sobre los gritos y conductas anormales del o los moradores, y en estos tiempos llegaron incluso a solicitar la intervención de los concejales.
Intervención de Familia
Ante este panorama, y con el objeto de poner fin a una situación que alteraba la calma del vecindario, Filippetti elevó el caso al Juzgado de Familia el lunes pasado y la magistrada Nancy Grasso inmediatamente puso el andamiaje judicial a disposición para ingresar a la vivienda y evaluar en qué condiciones estaba la mujer mencionada. La funcionaria municipal aseguró que, tanto del Juzgado como de la repartición municipal, se cumplió con los pasos que estipula el protocolo correspondiente y se articuló conjuntamente con el Servicio del 107 y la Policía el ingreso al domicilio. Recorrieron la vivienda y en una habitación que estaba cerrada hallaron en estado deplorable a una mujer de 42 años de edad, quien exhibía un grado de discapacidad mental y no podía comunicarse en lenguaje corriente. La mujer fue rescatada y trasladada en forma inmediata al Hospital Gutiérrez por las condiciones sanitarias en las que fue encontrada, y en forma inmediata comenzaron el tratamiento para su recuperación, ya que al parecer presentaba un agudo cuadro de deshidratación y desnutrición, por lo que la Justicia optó por una internación compulsiva. “Nosotros por el momento no podemos dar demasiados detalles, sólo la trasladamos al Hospital, donde le están dando la atención que necesita y se le brinda acompañamiento terapéutico. El tema es ver cómo seguiremos con ella luego de que se le dé el alta”, agregó, indicando que su responsabilidad ahora es hablar con los familiares, ya que tiene otros hermanos, para ver si están en condiciones de hacerse cargo de su cuidado. Si bien hacía bastante tiempo que no la veían, ya que tampoco se les habría permitido el acceso a la vivienda, que es la casa paterna. El caso por ahora quedó en manos de la jueza de Familia, Nancy Grasso, quien deberá tomar las resoluciones respecto al futuro de la mujer.
