(PR/Giuliana Ghignone) Con el avance constante del mundo digital se da un nuevo fenómeno entre jóvenes que encuentran en este universo nuevas posibilidades laborales. A nivel local, Agustín Fernández trabaja en la conformación de equipos para desarrollar sus negocios en esta nueva etapa global.
“Pasamos de una era industrial a una era digital”, aseguró el joven que a sus 19 años desarrolló tres modelos de negocios, “uno son las inversiones y anticiparte a las tendencias. También tengo tiendas en línea con productos de otros países y network marketing que son en base a recomendaciones”, explicó. Tras terminar sus estudios secundarios, optó por comenzar la carrera de Ingeniería en Sistemas pero luego comprendió que la virtualidad le permitiría ganar lo suficiente para poder vivir la vida que deseaba.
“Me empecé a dar cuenta cómo funcionaba el mundo, quería poner mi esfuerzo y que sea bien recompensado. Hoy en día hay mucha gente que se esfuerza mucho y no es bien recompensada. Yo quiero que mi esfuerzo sea bien recompensado, me den un buen recibimiento y me paguen bien”, comentó el venadense que en su propia red se define como “Elliotista” término que se adjudica a un seguidor de la teoría de las Ondas de Elliot la cual define que los mercados de valores se desplazan al tomar como patrón una serie de impulsos u ondas. Dichas ondas son vitales para los “traders” a la hora de predecir los movimientos del mercado.
Durante estos últimos 11 meses, Fernández diseñó una estructura de negocio para la cual armó diferentes equipos de trabajo, el joven comentó que actualmente son 50 personas de entre 17 y 25 que integran su red a nivel local y estima llegar a las 100 en unos meses. “Para elegirlos priorizó los valores, que tenga muchas ganas de hacerlo, no hace falta estudios en particular”, acotó el entrevistado que sueña llegar a ser un gran empresario para sus 25 años y ayudar a otras personas a cumplir sus sueños.
“Tanto en las redes como en las charlas que doy, busco transmitir que se puede aunque mucha gente te destruya los sueños. En la secundaria me decían que no iba a llegar a ningún lado, que iba a ser una persona como todas e iba a hacer lo mismo que los demás. Todos tienen un chip donde vos vas a tener que hacer esto y lo otro, y me di cuenta que no quería hacer lo que hace todo el mundo si no me hacía feliz”, concluyó.
