(PR/Norma Migueles) Las actividades en defensa y protección de mascotas, crecen cada día en nuestra ciudad a través de organizaciones no gubernamentales y también del propio Municipio que, reconociendo la importancia del control y asistencia animal, creó en su momento el Imusca e incorporó no hace mucho tiempo un quirófano móvil ante el crecimiento poblacional de perros y gatos en la ciudad.
El concejal Sebastián Roma, a través de un proyecto de Ordenanza propone la creación de un cementerio de animales, dentro del terreno del Cementerio Municipal, previendo además que se pueda usar con el mismo fin el crematorio que funciona en la repartición oficial de calle J. Newbery.
“Para mucho vecinos sus mascotas están emparentadas con el afecto familiar y es por eso que entienden que su muerte merece mayor respeto que el ser arrojadas al vertedero municipal, por otra parte, no todos disponen de espacio en sus terrenos para enterrarlos allí y estos restos dispuestos en cualquier lugar terminan afectando al medio ambiente”, planteó Roma.
“El proyecto que pasó a plenario de concejales, tiene como objetivo generar un espacio que preserva el medio ambiente y da respuesta al requerimiento afectivo de personas que quieren recordar a sus mascotas fallecidas en un lugar determinado, controlado esto por la misma norma que regula el actual Cementerio Municipal”, señaló.
Para indicar luego, “al momento de recibir planteos de los vecinos estuvimos viendo que están en marcha experiencias exitosas en otras localidades del país y de la provincia de Santa Fe, donde ya se han habilitado cementerios de animales de compañía bajo normativas similares a las de un cementerio para personas”.
Finalmente Roma evaluó “en consecuencia, la disponibilidad de un servicio de estas características responde, no sólo a una necesidad afectiva y cultural de las personas que desean dar un destino digno a los restos de sus animales de compañía, sino que además atiende razones de índole sanitaria al evitar prácticas inapropiadas de disposición final, como el abandono o entierro sin control, que podrían generar riesgos para la salud pública y el medio ambiente”.
