Sofía Becerra es la sobrina de Patricia Ceballos, una mujer que fue asesinada en noviembre de 2016 en Venado Tuerto, cuyo caso está en plena etapa de juzgamiento en la ciudad. “Ella era mi tía, con la que no podía tener contacto porque su pareja no la dejaba que viera a su familia”, describe en diálogo con PUEBLO Regional. La mujer vivía por calle Laprida, en el barrio Ciudad Nueva. Patricia había conseguido una orden de restricción para que el femicida no pudiera acercarse.
Patricia fue apuñalada por la espalda en la noche del 16. Tenía 38 años de edad y cinco hijos que vivían en la casa. El más pequeño casi un bebé, y la mayor de 18 años, en ese momento con un grado de discapacidad intelectual, y también supuestamente abusada por su padrastro.
Sofia cuenta que la familia no sabía la situación en la que ella estaba viviendo. “Yo me enteré después de que ocurrió el hecho lo que ella estaba pasando. Empecé a sospechar ese mismo año, cuando la vi unos meses antes, y después terminé confirmándolo cuando sucedió”, apunta.
Cómo tratar de detectar, acompañar y evitar un agravamiento de las situaciones, es un punto central en una problemática que cobró visibilidad y que constituye un problema urgente. “Hace más de dos años que esperamos que se haga justicia, lo vemos muy lento. No se nos mantiene al tanto de nada”, indica, y agrega que esperan que el poder judicial “actúe cuanto antes”.
La familia no tiene un representante que participe del caso. No hubo nadie que se les acercara para brindarles asistencia. Su madre, la hermana de Patricia, se acercó a la ciudad. “La asistente social y la fiscal miraron para otro lado, y al día de hoy siguen alegando que la familia nunca estuvo, pero siempre estuvimos. Es muy difícil juzgar desde afuera y hablar sin saber”, aclaró.
Por otra parte, Sofía detalló que los hijos de Patricia fueron separados y adoptados por distintas familias. Los menores están en Elortondo y otro está en Venado Tuerto. El mayor fue reconocido por su padre biológico. “El problema es Florencia, su hija mayor, que está en un hogar de niños. Los chicos están destrozados porque le arrebataron a su madre”, sentencia.
Ella ve de forma asidua a sus primos, fundamentalmente con Florencia. Es una tía la que se comunica con los más chicos. Se trata de adopciones definitivas, salvo en el caso de la mayor de las niñas. “Mi mamá en su momento quiso hacerse cargo de los chicos para estar con ellos y no pudo porque se lo impidieron. Eso le dolió mucho. Lo único que queremos es que se haga justicia. A este tipo lo quieren declarar inimputable porque las pericias psicológicas dieron que tienen una especie de psicosis y paranoia”, explica.
“Estamos reunidas con el grupo de mujeres, la consigna es ir a las audiencias vestidas de negro y con una insignia violeta. Quiero agradecer a la gente que está acompañando, porque es muy importante. Durante mucho tiempo el caso del femicidio de Patricia fue olvidado, y estas cosas no se deben olvidar”, finaliza.
