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Juicio a Alvarado: el crimen de Luis Medina y el plan para destronar a Guille Cantero, las revelaciones de una testigo clave

La afirmación de que el asesinato del empresario narco Luis Medina fue encargado por Esteban Alvarado y el plan de éste para lograr que las bandas narcos se vayan eliminando entre ellas para finalmente “destronar a Ariel «Guille» Cantero” de la cabeza de ese negocio en Rosario fueron los puntos más salientes de la declaración de Mariana Ortigala, considerada uno de los testigos clave en el juicio contra la organización de Alvarado que comenzó el lunes.

Al igual que su hermano Rodrigo, cuya declaración se expuso a través de un video en las jornadas del martes y parte del miércoles, la mujer de 42 años también formuló sus declaraciones bajo la modalidad de anticipo jurisdiccional de prueba, que se emplea cuando un testigo está amenazado y se considera que su vida corre peligro. En este sentido, cabe recordar que entre los testimonios a ventilarse en estos días está el de Carlos Argüelles, que alcanzó a declarar de la misma manera que los hermanos Ortigala antes de ser asesinado en septiembre del año pasado.

El extenso video expuesto ante el tribunal conformado por los jueces Alejandro Negroni, Patricia Bilotta y María Inés Más Varela fue filmado a fines del año pasado ante fiscales y defensores. En su testimonio Ortigala no sólo se refirió a su relación Alvarado y su entorno sino también a la relación que en la actualidad la vincula a la familia Cantero: contó que es amiga de Vanesa Barrios desde antes de que ésta fuera la pareja de Guille, a quien —según afirmó— conoció a partir de esa relación y también ha visitado en la cárcel.

Sobreviviente

Mariana se presentó como “corredora inmobiliaria y procuradora nacional” y dijo que se recibió de abogada “bastante adulta”. Y enseguida se refirió al ataque a tiros que sufrió el 13 de marzo de 2020 cuando salía de su casa en Roldán para dirigirse con su amigo Argüelles a llevar información a los Tribunales. “Mi vida se vio afectada en todos los aspectos, prácticamente no puedo salir a la calle”, sostuvo sobre las consecuencias del atentado en el que le dispararon unas 30 veces y recibió cuatro balazos, uno de ellos aún alojado en la columna.

Ortigala dijo haber conocido a Alvarado en 2010 y mantener una buena relación hasta 2012, lapso en el cual conoció a muchos de los imputados y condenados como miembros de la organización. “Íbamos al río, me hice bastante amiga con (la ex pareja de Alvarado, también condenada en juicio abreviado) Rosa Capuano. Tenía un negocio de ropa en Fisherton y ella me lo compró”.

De su relación con Rosa reveló que hacían viajes juntas a Buenos Aires para comprar ropa, a veces con Esteban, a veces con Rodrigo Ortigala. “Rosa siempre me decía que le encantaba mi hermano, que tenía una relación desgastada con Esteban. Que vivía sometida, no se sentía plena”, contó al reseñar la relación entre su hermano y la entonces pareja de Alvarado. “Me distancié con mi hermano porque sabía que íbamos a terminar muertos todos. Ya sabíamos con quién y cómo se manejaba Esteban, fue un error relacionarse con Rosa”.

Al igual que su hermano Rodrigo, Mariana también brindó su versión sobre la situación que precipitó el quiebre de la relación con Alvarado y, previa pelea con un arma a la vera de la autopista a Córdoba, terminó con “un pacto de caballeros” mediante el cual Esteban se quedó con la casa de Ortigala.

Al respecto reveló una reunión en febrero de 2012 en la que afirmó que estaba presente un policía al que mencionó como “Chucho” Arizmendi. “Esteban me dijo: «Trabajo con un montón de gente policía, intervenimos tu teléfono. Te iba a matar a vos porque pensé que eras amiga de Rosa y le habías hecho la onda con tu hermano. Pero me enteré de que la echaste, que tu hermano tiene un departamento con Rosa y vos nada que ver. Ahora, vos sabés como es esto, ¿no es cierto Chucho? Vos sabés cómo es: él me tiene que pagar, me tiene que firmar el boleto de la casa. No creo que haya problemas si de eso depende su vida. Decile qué va a pasar si no». También me dijo que le iban a hacer una causa por robo calificado y quedaría preso”.

“Lo subestimé”

En su relato la testigo fue construyendo un perfil de Alvarado, a quien al principio consideraba “un delirante” y con quien dijo haber conversado mucho en los viajes. “Lo subestimé. Nunca pensé que las cosas de las que hablaba eran de verdad. El hablaba de narcotráfico. En un viaje con Rosa él iba con dos teléfonos, hacía alarde de las avionetas que tenía, nos mostraba cómo bajaban y decía que él estaba más adelante que cualquiera en el mundo del narcotráfico. También que ya tenía contacto directo con Paraguay, iba a los lugares donde le proveían la droga y ahorraba un montón de dinero”.

Por esos días Alvarado se dedicaba al robo de vehículos, que fue como tomó notoriedad en el hampa, condenado en 2015 en un juicio abreviado como líder de la llamada “Banda de los Rosarinos” que robaba a mano armada autos de alta gama en el norte del conurbano bonaerense para desguazar en Rosario. Ya entonces, según el testimonio, se presumía que su condena iba a ser leve y no le impediría manejar desde la cárcel sus negocios.

Con los años me di cuenta de que tenía un plan definido. Me contó lo que tramaba para adelante, que estaba muy fuerte en Rosario, que era de bajo perfil. También sabía de las bandas que eran como una pirámide y entonces iba a hacer pelear a unos con otros hasta llegar a Guille Cantero y derrotarlo. Entonces iba a ser el único. Yo lo miraba como a un demente”, dijo Ortigala.

“Era una persona hiperinteligente —continuó—, una cabeza distinta a la normal. De lo que ve te hace un negocio. Después de la balacera me tuve que ir a un pueblo y reformar una casa. Entonces pedí un volquete y el muchacho que me lo trajo me preguntó por la custodia que había en mi casa. Le conté que era por causa de Alvarado y me dijo: «Yo lo conozco. Tengo unos camioncitos viejos de toda la familia, me los mandó a robar y le tuve que pagar una plata para que me los recupere”.

El gran paso

Ortigala también recordó la relación de amistad que tenía con Argüelles, un mecánico que al igual que ella supo ser parte del entorno de Alvarado y terminó declarando en su contra antes de ser asesinado el año pasado. “Me dejó una copia del cuaderno con parte de lo que declaró. Fuimos al tribunal federal con ese cuaderno, él quería autoincriminarse. Era la persona que llevaba los pagos a las avionetas que llegaban con la droga. Los pagos a una jueza federal y a un jefe de policía importante, muy nombrado”, reveló, aunque dijo no recordar los nombres de esos funcionarios.

También se refirió al “paso fuerte” que dio Alvarado “cuando se juntó con Luis Medina por el tema del narcotráfico”. La reseña al respecto terminó con la aseveración de que Alvarado fue quien ordenó a uno de sus presuntos sicarios, Darío Sebastián “Oreja” Fernández, el crimen de Medina y su entonces pareja Justina Pérez Castelli el 29 de diciembre de 2013 en el acceso Sur y Ayolas.

“Medina era cuñado de los hermanos Ungaro y estaba en pareja con Daniela Ungaro. Lo vi dos veces en el río. Fue pareja de Justina Pérez Castelli, mi prima política. Sé que Luis lo inició a Esteban, le enseñó el negocio del narcotráfico. Después hubo un quiebre entre los dos, una pelea cuando Esteban estaba detenido. Justina estaba siempre en mi negocio, me desfilaba la ropa, y me contó que se habían peleado, Luis le ha ido a cobrar alguna deuda a Rosa, ella le dijo que no iba a pagar y entonces él le dijo: «Decile a Esteban que si no me paga ya sabe lo que les va a pasar a vos y a toda tu familia”.

Ortigala agregó que antes de su relación con Medina, Justina había tenido una breve relación con Esteban. “Yo siempre le decía a Justina que iba a terminar mal”. El testimonio continuó con cuestiones que al parecer le fueron contando en un entramado de secretos, aprietes y pánico. Luego llegaría la definición: “A Luis Medina lo mato el Oreja Fernandez a pedido de Esteban”, dijo sobre el doble homicidio.

La testigo también recordó otro crimen por el cual se había nombrado al Oreja cuando todavía menor: el de Elías Bravo, acribillado el 14 de octubre de 2011 en un pasillo de barrio Ludueña. “Fue un crimen muy resonante porque fue una balacera de 30 tiros. Paramos a comer en una mesa redonda y él hablaba a los gritos con un jefe de policía y después con Oreja. ¿Qué había pasado? «Este pelotudo del Oreja. Lo mandé a que mate de un tiro y ahora me sale 50 mil pesos porque dio un montón de tiros». Me contó que se le estaba descarrilando y no lo podía controlar”, recordó sobre el sindicado como sicario, que apareció asesinado a fines de 2015 en la cabecera de la autopista a Santa Fe en un hecho con alto tinte mafioso.

Otros vínculos

Durante su testimonio la mujer dijo haber conocido a varios de los imputados y condenados como miembros de la banda de Alvarado, entre ellos varios policías. Entre ellos Pablo Báncora, que trabajaba nada menos que en fiscalía y de quien dijo que los había acompañado una vez en una recorrida para “marcarles las casas de Alvarado”. Luego se enteró de que el entonces uniformado había pasado a Esteban datos suyos y de su hermano. Otro policía condenado al que dijo haber conocido “de vista, por una reunión con mi hermano”, es Marcelo Rey.

También en su testimonio Mariana habló sobre su relación con Guille Cantero y la pareja de éste. “A Vanesa Barrios la conozco desde hace 15 años, antes de que fuera pareja de Guille, en un partido en la cancha de Central. Empezó a comprar ropa en mi negocio, después ella armó un localcito de ropa para niños en la misma galería. Tenía una buena relación, pero no una tan profunda amistad. Profundizó a partir de la imputación que nos querían relacionar con Los Monos, empiezo a ir a su casa, una amistad común. Ella tiene prisión domiciliaria, le pago una expensa, le pago el alquiler, paseo a sus hijos, nos reímos, hablamos”, comentó.

“A Guille Cantero —continuó— lo conozco por ella. Llegué a anoticiarme de circunstancias por ella, cuando Guille llama muchas veces por teléfono a la casa, alguna que otra vez hablé con él, por varios episodios que él no tenía visitas. Hace tres visitas que fuimos con mi marido a verlo, me contó de los hábeas corpus, de cómo lo está pasando. Hablamos de temas en general, es una persona muy especial. Con nosotros es excelente, es súper cortés; nunca jamás una mala palabra”.

Comentario final

Luego de proyectado el video con la declaración de Mariana Ortigala, Alvarado pidió la palabra desde el lugar de detención donde asiste al juicio a través de videoconferencia. Al respecto comentó: “Hay muy buena relación entre los testigos y la fiscalía. Quiero que se recalque que dijeron muchas veces que tienen vinculación con la familia Cantero, mas adelante diré por qué”.

Fuente: La Capital

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