El peronismo santafecino enfrenta un nuevo ciclo: después del repunte y la elección realizada por Omar Perotti, y tras la salida de diversos sectores que pasaron al Pro y al massismo, el panorama se muestra favorable para una discusión interna y la reafirmación de las banderas fundamentales recuperadas en los últimos años. Parte de ese proceso derivó en la purga al interior del justicialismo. Ahora, la necesidad pasa por reconfigurar el mapa y posicionar los nuevos dirigentes para enfrentar el nuevo escenario abierto.
En Venado Tuerto, cuyo intendente, José Freyre, es el titular del partido provincial, la discusión se reproduce: ahora empiezan a rediscutirse las bases de sustentación del armado local y de su proyección. En ese sentido, se impone la formación de cuadros, la reconquista de la política como una forma de construcción que solidifique al Frente para la Victoria de cara al reposicionamiento del radicalismo, con una propuesta encabezada por dirigentes jóvenes apadrinados por Lisandro Enrico. ¿Puede el peronismo embarcarse en un proceso similar, dando lugar a dirigentes jóvenes, recuperando los valores primarios de la militancia política como medio de construcción? ¿Hay espacio para volver a hablar de política en un marco en donde lo que priman son las propuestas de gestión, eficiencia técnica y desideologización? El triunfo electoral en el plano local y el buen rendimiento a nivel provincial se transforman, de esa manera, en un punto de partida.
El horizonte político impone la pregunta sobre la sucesión: en cuatro años José Freyre ya no estará en el gobierno local y hay que pensar en quiénes pueden reemplazarlo. El justicialismo local se ve empujado por las circunstancias a un proceso de reacomodamiento y movilización, una apuesta por la consolidación y la reactualización de dirigentes y, sobretodo, de las bases programáticas. Regresar a la política implica pensar la posibilidad de congregar bajo la insignia justicialista a todas las corrientes que conviven en el Frente para la Victoria, reunificar el peronismo detrás de la doctrina histórica, remover el terreno para que aparezcan nuevas formas de creación, alternativas de crecimiento, otro tipo de relaciones, una reocupación de los territorios con un horizonte de construcción política. En definitiva, establecer las bases del justicialismo del siglo XXI, una instancia novedosa que se apoya en un proceso histórico abierto, sostenida en la gestión de un gobierno que debe plantearse sobre los términos de su continuidad.
En ese marco, PUEBLO Regional habló con Germán Mastri, concejal justicialista de la ciudad y presidente del Partido Justicialista local. “Nosotros empezamos esto sin pensar que íbamos a gobernar una ciudad. Yo pienso que un político tiene que hacer su trabajo bien sin pensar en lo que va a suceder. La gente nos paga el sueldo para que hagamos nuestro trabajo, y así nació esto, con José laburando en Acción Social y de ahí la confianza que se fue construyendo con la gente”, dice.
Esa plataforma de construcción a partir de la acción política en los territorios, la formación de los cuadros y la necesidad de una renovación que facilite la continuidad del proyecto nacional en una instancia local son algunas de las reflexiones que se deslizan en la conversación.
-¿Cuál es la situación de la composición interna del equipo de gobierno, la convivencia de los técnicos y los funcionarios que vienen de instituciones intermedias, con aquellos que tienen un origen más político, tomando en cuenta que fue esa militancia política la que permitió la remontada tras las PASO?
“Eso no quiere decir que las personas que vienen de las instituciones intermedias, que no vienen de la política, no sean útiles. Muchos de nosotros no veníamos directamente de la política. Creo que cada uno de los funcionarios son militantes de la construcción política. El peronista, el funcionario, nunca tiene que dejar de ser militante. El militante puede llegar a ser o no funcionario, pero el funcionario no puede dejar de ser militante. La remontada tiene que ver con ese ganar la calle, con volver a trabajar los barrios. Trabajamos a media en las primarias, arrancamos tarde, errores del grupo político. Lo que faltó en las primarias fue eso”.
-¿A qué atribuyen el traspié de las primarias?
“En muchas ocasiones no supimos, desde la política, acompañar la buena gestión con la construcción. Teníamos el presidente del partido, que además es el intendente de la cuarta ciudad de la provincia; recibimos millones de pesos del gobierno nacional. Yo quiero ese intendente: uno que gestione, que esté en la mesa chica. Lo que no supo es acompañar el grupo a ese intendente, no supimos hacerlo”
-¿Cómo ves esta última etapa de gobierno que se viene?
“Nosotros sabíamos que el socialismo venía por la ciudad de Venado Tuerto. La cantidad de plata que invirtieron en publicidad, con los fondos del senado, con la parafernalia oficial, que en nuestro departamento fue fuertísima. Nosotros tenemos una elección dentro de dos años, que habíamos ganado todas las elecciones intermedias, y tenemos que revalidar eso. Debemos crear y crecer con grupos en el municipio que puedan llegar a nivelar al intendente y que tenga un crecimiento provincial. Roberto Scott nos dio a todos los jóvenes un lugar. José lo sabe bien: tenemos que dejar a grupos que tengan la vocación de poder, y desde la gestión no se hace eso, es responsabilidad de la construcción política. El próximo candidato no va a ser Freyre. Si no damos un crecimiento político, estamos como la sardina. Tomar ese lugar es un desafío”.
El justicialismo y la provincia
El panorama provincial se vio modificado con la colocación de Omar Perotti en tercer lugar, disputando hasta último momento una elección que, de antemano, se había intentado establecer entre dos opciones contrapuesta. Ni Miguel Liftchiz ni Miguel Del Sel pudieron reafirmar su candidatura y terminaron perdiendo votos y confianza.
La performance del peronismo insufló oxígeno al justicialismo y desbarató las especulaciones que veían en la fuga de dirigentes hacia otras estructuras partidarias una sangría irremontable. En este panorama, y con la candidatura de Daniel Scioli acaparando respaldos y unificando la continuidad de las políticas de estado implementadas, con un alto consenso social, el peronismo santafecino se ve nuevamente ante una etapa de reacomodamiento y definiciones. La aparición de figuras jóvenes con iniciativa y un discurso renovado, que interpela las necesidades presentes desde los fundamentos del peronismo, conlleva un reparto de lugares al interior, una reconfiguración del espacio justicialista de cara al presente. José Freyre, y el peronismo venadense, por decantación, ocupan un lugar central en ese armado.
-El tema del diálogo interno y la contención de las divergencias fue uno de los asuntos principales que se plantearon, ¿crees que se valoró la gestión de Freyre como presidente del PJ?
“Yo veo el reconocimiento que le tienen los grandes dirigentes nacionales y los gobernadores. El perfil de José privilegia las cuestiones grupales y no las individuales. Nunca se jactaría de lo que hizo. La candidatura de Perotti nace de un esfuerzo de muchos viajes, de hablar innumerables veces con María Eugenia (Bielsa). Tratamos de instalar la candidatura, y no salió bien. Si hubiéramos tenido dos semanas más, podríamos haber ganado las elecciones”
-¿Hay una necesidad de hablar de política, llenar de política el debate pensando en la formación de cuadros?
“En la provincia estoy seguro que vamos a ganar las elecciones, porque Perotti demostró qué característica de político es, qué perfil tiene. El peronismo estaba destrozado, los medios concentrados nos veían a 20 puntos de la polarización ficticia que plantearon. Tenemos a Scioli que capta un voto que el kirchnerismo puro no lo alcanzaba, está muy bien en Santa Fe y en Venado Tuerto. Enfrente tenemos dos gerontes de la política. Éste es el mejor gobierno de los últimos 50 años. Los que no lo quieran, saquen el nombre de Néstor y Cristina, y el 70% de la población comulga lo que se hizo”.
