Los tarifazos en los servicios vienen generando fuertes reclamos de la población que hace malabares para que los números de la economía familiar cierren. Pero hay sectores que se encuentran con problemas aún mayores, porque no encuentran la forma de equilibrar las columnas de ingresos y egresos y no tienen otra salida que resignar el orgullo y solicitar ayuda a organismos oficiales o tarifas especiales como las que ofrecen en la ciudad las cooperativas de servicios. En este marco, la Cooperativa Eléctrica viene recibiendo este año un promedio de 200 visitas semanales solicitando la tarifa social, contra 100 socios que lo hacían el año pasado.
Este dato surge de una entrevista que PUEBLO Regional le realizó a la trabajadora social Yanina Barrientos, responsable del área de Acción Social dentro de la Cooperativa Eléctrica de Venado Tuerto (CEVT).
“Mi función es acercarme a los domicilios de las personas que vienen a la Cooperativa porque tienen inconvenientes para pagar la luz. Me acerco a sus domicilios para realizar un informe social y que este quede como antecedente para que puedan o no acceder a la tarifa social”, explicó Barrientos y detalló: “La mayoría de las personas que piden la tarifa social son personas de bajos recursos, jubilados que cobran el mínimo, personas con algún tipo de discapacidad que cobran una pensión nacional o provincial”.
Más adelante la profesional describió que “el área social dentro de la Cooperativa se creó en 2010. La tarifa social existe desde antes. Yo me incorporé como empleada en enero de 2016 y anteriormente había hecho una pasantía durante un año. Como experiencia personal, mi madre pidió la tarifa social hace aproximadamente, 14 años y aún la mantiene. Ella es pensionada y jubilada con la mínima”.
Las personas que necesiten la tarifa social deben acercarse personalmente a la CEVT o enviar a un familiar en el caso de un abuelo o alguna persona con alguna discapacidad por la que no se pueda movilizar. El interesado debe presentarse con el número de documento y la dirección de la persona que lo solicite.
“El informe lo realizamos en el domicilio de la persona, plasmando su realidad social, familiar, con quiénes viven. Tenemos casos en que las personas viven solas y no pueden hacer ciertos trámites. Por ejemplo una señora que es viuda, tenía la documentación a nombre del marido fallecido hacía mucho tiempo. Nosotros le facilitamos la manera de hacer el cambio de titular para que ella pudiera acceder a la tarifa de jubilada”, comentó.
En Venado Tuerto existen aproximadamente 2 mil personas que acceden a la tarifa social informó Barrientos y destacó: “Hay aproximadamente 500 más desde que el Gobierno nacional quitó los subsidios, comparadas con el año pasado. Nosotros cerramos el balance a fines de agosto, pero aumentó la cantidad de visitas. El año pasado teníamos alrededor de 100 visitas semanales solicitando la tarifa, y hoy están oscilando las 200 visitas. No necesariamente en todos esos casos son otorgadas las tarifas sociales”.
Tarifa social en el country
“Tenemos casos de personas de un muy buen poder adquisitivo, incluso que viven en el barrio cerrado La Cheltonia, que han pedido la tarifa social. En esos casos obviamente no se les concede el beneficio. De allí la importancia de que una profesional asista al lugar. Antes este trámite se realizaba directamente en la Cooperativa. Por ejemplo, venía una persona que había accedido en su momento a la pensión por moratoria (pensión de amas de casa), que tenía una jubilación mínima, pero cuando íbamos al lugar tenía tres empleadas domésticas y era la propietaria de una importante empresa de la ciudad. Eso ocurrió. Entonces claramente no correspondía. Fue así como surgió en el Consejo de Administración de la Cooperativa la necesidad de crear el área de Acción Social”, graficó la asistente social.
Siguiendo con su explicación sobre cómo se determina quiénes pueden acceder a la tarifa social de la Cooperativa, la asesora argumentó: “Tratamos de equilibrar la tarifa dentro de toda la ciudad. Hay diferentes situaciones y momentos de la persona. Por ejemplo, una persona que tuvo un muy buen trabajo toda su vida, se jubiló y los años de aporte no le alcanzaron. Accedió a la jubilación con la mínima. Muchas veces vemos que tiene una casa instalada, se tuvo que deshacer de bienes materiales y no le alcanza. Se evalúan esos criterios, siempre en beneficio de la sociedad. Queremos tratar de equilibrar estas situaciones”.
En la misma línea detalló que “se ha notado desde fines del año pasado, personas de entre 35-45 años que se han quedado sin empleo formal, y con la indemnización se ponen una despensa, un almacén en su casa. Eso cambia la tarifa que tiene que pagar. Ya no es una tarifa residencial, sino que hay una tarifa intermedia, con lo cual cambia el rango establecido; entonces gasta más energía y además esa energía es más cara. Pero también ignoran que hay beneficios, como el monotributo social, que no es nuestro deber informarlo, pero lo hacemos para beneficio de los asociados”.
Situaciones extremas
El trabajo de acción social también tiene sus sinsabores, como cuando la realidad golpea a familias numerosas: “El año pasado, a finales de 2017, a un compañero que se encarga de los cortes, le llegó una orden para interrumpir el servicio a una familia con 14 niños en la vivienda. Se contactó con nosotros y nos solicitó si podíamos hacer un informe social para poder evitar el corte. Cuando son casos puntuales y urgentes, les damos prioridad”.
Sobre este caso en particular Barrientos comentó: “Me acerqué al domicilio y me encontré con que habían llenado baldes y tarros de 200 litros de agua por miedo a quedarse sin agua, obviamente por la luz. Efectivamente en el domicilio vivían 14 niños y 2 adultos. Los 14 niños eran hijos de ella, nietos, sobrinos, que por cuestión familiar el abuelo tuvo que cuidarlos. Vivían de la jubilación, de la Asignación Universal por Hijo y el sueldo de empleada doméstica de la mujer. Se les complicaba llegar a pagar el suministro eléctrico, se le otorgó una prórroga para que pudieran juntar el dinero y abonarlo. La realidad de ella era que no se podía quedar sin luz, no solo es por la iluminación de la casa, sino por el agua, eran 16 personas. Otro problema, es que, no tener luz también genera un gasto importante, el tener que comprar agua, velas. En este caso, la Cooperativa se acercó. La ayudamos para que ella pudiese acceder a la tarifa social, que no la tenía y tampoco tenía conocimiento de su existencia. Se los orientó para poder solicitarla, detuvimos el corte e hicimos una intervención con la Municipalidad por niños que no estaban escolarizados. Elevamos la situación al centro comunitario del barrio en el que vivían, para que los niños puedan concurrir al colegio. Solucionamos la inmediatez del problema de la luz, y los orientamos a resolver otros problemas que tenían en su vida cotidiana”.
Asesoramiento personalizado
Yanina Barrientos es la encargada de asesorar a los socios de la Cooperativa Eléctrica sobre el tipo de tarifa que deben abonar según su situación.
“La atención de las personas es muy buena. Siempre nos reciben muy bien en su domicilio. Nos permiten ingresar a sus casas, hacer el informe. Si alguna persona tiene algún encono por el costo de la luz les explicamos por qué tiene esa factura, y por qué le corresponde la tarifa que tiene. Por ejemplo si tiene tarifa intermedia, y tenía un negocio hacía cinco años y lo cerró, y nunca hizo el trámite de baja en la Municipalidad y el cambio de tarifa intermedia (por comercio) a una residencial en la Cooperativa”, apuntó.
Otra característica importante del trabajo del área Acción Social de la CEVT es que la mayor parte de la asistencia es en los barrios periféricos, aunque también hay muchos jubilados de la zona céntrica que han requerido la tarifa social y se les ha concedido.
“Estas últimas semanas recibimos muchas solicitudes de los barrios Ciudad Nueva y Tiro Federal. Pero en este momento es pareja la situación. También influye que en la temporada de verano se produjo un importante aumento en el consumo eléctrico a la par del incremento tarifario. Una familia tipo, que consume 250kw en el invierno, pasó a consumir, 300/400/500 en el verano. Otra situación en particular que tuvimos fue el de una familia que por temas de salud que no llegaba a ser electrodependiente, les llegaba mucho consumo. Era una casa donde sólo tenían el televisor, la heladera y el bombeador, y no entendían porque tenían tanto consumo. Fuimos a visitarlos, en esa oportunidad me acompañó un ingeniero y pudo notar que el cableado era precario y que había una distancia importante entre la calle y la casa y el cableado pasaba entre los árboles, las ramas, estaba colgado de los postes. En este caso la Cooperativa les cedió un cableado nuevo, les ayudó a instalarlo y obviamente el consumo se les redujo”, describió Barrientos.
Por último la asistente social acotó que además de la tarifa social la Cooperativa Eléctrica tiene previsto un descuento por ahorro de energía: “La persona ahorra energía y la Cooperativa hace un descuento de entre el 10 y el 20 por ciento por ahorro de energía o por mantener el consumo durante el año”.
