El lunes pasado se realizó un paro nacional docente con alto acatamiento en todo el país. El objetivo, conmemorando un nuevo aniversario del asesinato de Carlos Fuentealba, fue poner sobre la mesa las problemáticas centrales que afectan al sector educativo.
“Uno de los temas pendientes es que a principio del ciclo lectivo se firmó un acta paritaria para que se comenzaran
las clases en tiempo y forma en todo el país, más allá de que eso no ocurrió, y en esa paritaria el gobierno nacional se había comprometido a dar una ayuda a las provincias para que se produzca un buen arreglo con los docentes. Eso no ocurrió y desde ese día hasta hoy nunca más Bullrich llamó a los dirigentes gremiales. Otro de los puntos es la causa de Fuentealba, que hay una intención de archivarla y no seguir el proceso para no responsabilizar a los autores, materiales e intelectuales”, explica Alberto Maurino, secretario general de Amsafe.
La línea de las decisiones políticas adoptadas por el nuevo gobierno golpeó de lleno en los docentes. No solo por el deterioro de las condiciones salariales en función de las medidas económicas impulsadas, sino a través de la desactivación de muchos programas socioeducativos que dejó a muchos profesionales en un estado de incertidumbre respecto de su situación, sin cobrar sus sueldos o, en algunos casos, siendo despedidos.
“Hay muchos trabajadores de la educación contratados en distintos programas, como el Conectar Igualdad, o relacionados con asistencia a chicos con problemas económicos, que desde diciembre no cobran y aparentemente los programas van a desaparecer. Esto tendría un impacto muy importante en esos chicos que tienen necesidades urgentes, porque estos programas hacen de red de contención”, agrega el dirigente sindical.
Los rumores que circularon por la prensa no terminan de aclarar cuál es la realidad de los programas nacionales. El argumento de la modernización del estado sirve, en este caso, para ocultar el trabajo que muchos docentes realizaban y los efectos positivos de esas medidas.
“No está funcionando y en la mayoría de los lugares, los que están trabajando, no están cobrando, y algunos en función de esto hacen lo mínimo posible. Nosotros estamos pidiendo a la Provincia que se haga cargo de estos planes para que sigan. La óptica con que hay que mirarla es la de lo nacional, y hay muchos docentes que no cobran desde diciembre. Este tema de despedir a los supuestamente contratados, que tomó como eje el gobierno de Mauricio Macri, causa un impacto importante, porque todos tenían funciones. Ninguno estaba por una dádiva o un vuelto como contraprestación, hablamos de gente que trabaja en programas especiales y con gran validez, con objetivos sociales”, expresa Maurino.
La preocupación salarial vuelve a estar entre los temas principales a raíz del fuerte deterioro que sufrieron los salarios y la capacidad adquisitiva de los trabajadores en estos tres meses de gobierno. La devaluación, la inflación y la libertad especulativa generaron una espiral ascendente que complica sobretodo a los estratos más bajos. El salario vuelve a ser una urgencia, dado el marco de políticas de seguridad con que se rodeó la discusión: “otra cuestión que hay que ver es la criminalización de la protesta. Ese control de la protesta se hace básicamente con policías, gendarmería, que en otro momento no tenían orden de reprimir y ahora tienen, y puede pasar lo que sucedió con Fuentealba. En aquel momento fue el gobierno de Sobisch, cuyo jefe de seguridad era Burzaco, que hoy está a nivel nacional”, concluye.
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