Esta formación de músicos y pasistas celebró en esta edición de los carnavales, que culminaron el lunes último, los 50 años de existencia y como corolario de los festejos la organización dispuso la elección de una embajadora y dos princesas que representen a la agrupación. La convocatoria imponía como condición que podía presentarse cualquier persona que hubiera participado alguna vez en la comparsa y no exigía límites de edad.

Sin embargo, la puja fue interpretada como un concurso de belleza solapado bajo el título de “embajadora” y ya no de “reina” -para sortear las recomendaciones de no organizar concursos de belleza- y se inscribieron 10 competidoras que se sometieron a la opinión popular bajo un sistema de votos implementado a través de redes sociales. Entre ellas estaba “Porota” quien consultó para corroborar que no había límites de edad y se inscribió en el concurso en representación de la Escuela Especial Nº 251 “Convivir”.

Me anoté porque pensé que habría más participantes de todas las edades. No creí que fuera la única adulta entre jovencitas”, dijo a La Capital y contó que “el carnaval me puede. Es mi pasión. No puedo faltar a pesar de que a veces hubo dificultades”.

Es que “Porota” baila desde 2003, cuando la dirigente de la comisión de la comparsa, Vilma Chocobar, la invitó para que se sume y ella aceptó con entusiasmo. Es una de las integrantes mayores de Penambí Berá y solo la supera el bailarín, Evelio Calcaterra, de 86 años. Ella siempre vistió trajes amplios conocidos como “bahianos” y, desde hace más de 15 años, es acompañada por el pasista Norberto Girelli.

Carmen fue consagrada en el escrutinio que se realizó a medianoche del lunes y participaron 4.663 votantes. Ella sumó 1.089 (23%) sufragios mientras que la sanjorgense, Lucía Delprato, se consagró primera princesa con 748 (16%) y la sastrense, Valentina Poncio, obtuvo el segundo principado con 693 (16%) votos. La ceremonia de coronación fue realizada minutos antes de la clausura de los carnavales 2022 ante más de 10 mil visitantes.

“Nací, me crie y sigo en Sastre” dijo con el humor que la caracteriza y contó que enviudó muy joven, que crio a sus dos hijos trabajando en casas de familia y sus oficios de lavadora y planchadora completaron su sustento.

El mayor de sus hijos falleció en circunstancias que hicieron aún más dolorosa la pérdida y ella se rearmó con la ayuda y el cariño de su familia, los vecinos y amigos. También con el voluntariado que aportó durante muchos años en distintas agrupaciones de la iglesia San José y la capilla San Cayetano.

Me encanta el chamamé. Con mi vecino y amigo, José Honeker, salíamos a participar de los concursos de baile. En las Petacas salimos en segundo lugar luego de bailar durante cinco horas seguidas”, contó orgullosa y se quejó porque perdió el primer puesto en manos de una pareja de baile profesional.

“El carnaval a mi me puede. Un año me operé de várices el 17 de enero. A fin de mes le pedí autorización al médico, me vendé y fui a bailar”, contó y repasó otras ediciones en las que participó de la comparsa tiempo después de operarse de prolapso y otra en la que no faltó, a pesar de que un auto la chocó cuando volvía del trabajo en bicicleta.

El cariño de la gente se aprecia cada noche de carnaval cuando a su paso la aplauden y alientan para animarla a continuar. “No voy a parar. Seguiré participando mientras el físico aguante”, cerró “Porota” entre risas y luego anticipó que ya se prepara para la edición 2023.

 

 

Fuente: La Capital